Estilo y redacción
La redacción de documentos institucionales de la UIT requiere una rigurosa observancia de los principios fundamentales de la lengua española, atendiendo tanto a su dimensión normativa como a su diversidad dialectal. El estilo lingüístico debe ser claro y preciso, utilizando términos y conceptos definidos, y evitando ambigüedades o connotaciones culturales específicas, teniendo en cuenta la diversidad y complejidad del español en diferentes regiones y países.
En el plano morfosintáctico, se privilegiará el uso de estructuras oracionales directas y construcciones que favorezcan la univocidad interpretativa. Los elementos cohesivos y los marcadores discursivos deberán emplearse de manera que garanticen la progresión temática y la coherencia textual.
La dimensión interlingüística es especialmente relevante, dado que una parte de estos documentos se traducirá a los demás idiomas oficiales de la Unión. Por ese motivo, emplear un estilo de redacción directo y transparente resulta crucial no solo para facilitar la comprensión en la lengua original, sino también para facilitar su exacta y fiel traducción a los idiomas de destino. De este modo, se contribuye a la claridad y coherencia del mensaje a través de las versiones lingüísticas, evitando distorsiones y construcciones idiosincráticas o culturalmente específicas que puedan dificultar el proceso de traducción.
Consideraciones lingüísticas y estilísticas
Los documentos y publicaciones de la UIT presentan características y dificultades lingüísticas singulares que merecen especial atención desde la perspectiva de la redacción, la traducción y los servicios lingüísticos.
Registro y formalidad: los instrumentos convencionales, como las Actas Finales y el Reglamento de Radiocomunicaciones, emplean un registro diplomático y jurídico muy formal, con amplio uso del modo subjuntivo, construcciones condicionales y verbos modales cuidadosamente calibrados que expresan distintos grados de obligación. Las Recomendaciones técnicas adoptan un registro técnico más neutro, manteniendo al mismo tiempo la precisión del lenguaje normativo.
Coherencia terminológica: la UIT mantiene amplias bases de datos terminológicas para garantizar la coherencia en los tres Sectores y en los seis idiomas oficiales. La interacción entre la terminología establecida y la tecnología en rápida evolución plantea dificultades constantes, especialmente cuando es necesario acuñar o adaptar neologismos en idiomas con recursos morfológicos diferentes.
Vocabulario normativo: las publicaciones de la UIT siguen las convenciones de la ISO en materia de lenguaje normativo, en las que las formas verbales imperativas o el futuro de mandato indican requisitos obligatorios, el condicional denota recomendaciones y el verbo poder expresa permiso o posibilidad. Mantener estas distinciones de manera coherente en todas las versiones lingüísticas es fundamental, ya que la traducción errónea de un solo verbo modal puede alterar la fuerza jurídica o técnica de una disposición.
Convenciones estructurales: los documentos de la UIT emplean estructuras muy normalizadas, con secciones numeradas, términos definidos y abundantes referencias cruzadas. Esta sistematización facilita la consulta, pero exige una atención meticulosa por parte de los traductores para garantizar que las cadenas de referencias se mantengan intactas en todas las versiones lingüísticas.
Múltiples destinatarios: muchos textos de la UIT se dirigen simultáneamente a autoridades reguladoras, ingenieros y responsables de la formulación de políticas. Esta dualidad de destinatarios exige una calibración cuidadosa del contenido explicativo y de los conocimientos presupuestos, lo que plantea dificultades para lograr un registro y una accesibilidad equivalentes en todos los idiomas.
Lenguaje no discriminatorio
En la redacción institucional es necesario emplear un lenguaje que evite construcciones o elecciones léxicas susceptibles de generar exclusión o estigmatización por razones de género, condición social, cultura, origen étnico, nacionalidad, religión o discapacidad. Esta recomendación responde a criterios de claridad comunicativa, precisión semántica y adecuación pragmática, especialmente en el contexto intercultural de un organismo internacional como la UIT.
Las palabras importan: el lenguaje que utilizamos configura nuestra percepción del mundo. Un lenguaje inapropiado puede resultar ofensivo, hacer que las personas se sientan excluidas y generar barreras a una participación plena. Así, se evitará el uso de un lenguaje despectivo o poco respetuoso, y expresiones discriminatorias que pudieran surgir de manera involuntaria debido a diferencias culturales o sensibilidades diferentes.
Marcas gramaticales de género
Los sustantivos que designan funciones o cargos se considerarán como epicenos (mismo género gramatical para cualquier sexo). Así, términos referidos a funciones como Secretario General, Director, presidente, delegado u observador serán neutros en cuanto al género, ya que las funciones en cuestión pueden ser desempeñadas indistintamente por mujeres u hombres.
Sin embargo, cuando estos términos designen a una persona en concreto que desempeñe efectivamente las funciones en un momento dado, se utilizarán los pronombres femeninos o masculinos correspondientes (por ejemplo, «La Secretaria General»; «El Presidente del Consejo dijo que él…»; «La delegada insistió en que su delegación…»).
Nota sobre el desdoblamiento de género
En aplicación del principio de economía del lenguaje, en textos de la Unión se debe evitar el desdoblamiento de género, dado el carácter no marcado del masculino en la lengua española (por ejemplo, los niños y las niñas, los ciudadanos y las ciudadanas, ... ), salvo cuando lo exija el contexto.
También se consideran inaceptables los recursos que contravienen las reglas gráficas y morfológicas del español (por ejemplo, l@s niñ@s, les niñes, lxs niñxs, etc. )
Por regla general, se hará todo lo posible por evitar los sesgos de género, sin caer en un excesivo dogmatismo.
Para una explicación más detallada, véase el apartado sobre Género: masculino y femenino, del Libro de estilo de la lengua española.
Los terminados en -nte: el/la estudiante, gerente, adolescente, pasante, ...
Los terminados en -ista: el/la analista, economista, pensionista, finalista, ...
Otros como: el/la portavoz, miembro, testigo, ...
Obsérvese que algunos nombres presentan la misma forma para referirse a entidades de sexo masculino y femenino, en particular
Nota: Se ha consolidado el uso específico de la Presidenta, aunque también se acepta la variante que corresponde a su terminación: la Presidente.
Lenguaje inclusivo sobre discapacidad
En los textos de la Unión, se debe emplear sintagmas centrados en la persona. Desde un punto de vista semántico, se evita de esta manera que la discapacidad funcione como núcleo del sintagma y refuerza la referencia primaria a la persona. Así, al referirse a personas con discapacidad, se debe hacer hincapié en la persona («la persona primero») y no en la discapacidad, es decir se menciona primero a la persona y después, si procede, la condición. Ejemplos: personas con discapacidad, personas con necesidades especiales, personas con dislexia
Asimismo, se debe evitar un lenguaje estigmatizante. Debe preferirse un léxico que describa condiciones o situaciones sin introducir presuposiciones de sufrimiento, limitación, carga, deterioro o pasividad.
Para más información sobre este particular, véase el Directrices para un lenguaje inclusivo en el ámbito de la discapacidad (Recomendaciones sobre el uso de un lenguaje respetuoso en relación con las personas con discapacidad).
Actas, resúmenes de los debates e informes
A diferencia del inglés, las actas y los resúmenes de los debates de reuniones y sesiones plenarias se redactan en presente. También se redactan en presente las actas de las reuniones de la RRB, salvo las decisiones, que se redactan en pasado y que se reproducen además en otro documento titulado Resúmen de decisiones.
Ejemplo: El Presidente propone que la Junta llegue a la siguiente conclusión: «La Junta examinó la comunicación de la Administración de AAAA en la que se solicita una prórroga del plazo reglamentario para la puesta en servicio de las asignaciones de frecuencias a la red de satélites NNNN, tal y como figura en el Documento RRB25-1/XX y en el documento de la anterior reunión. La Junta tomó nota de lo siguiente: ...»
Por otra parte, los informes de reunión, ya sean de los Grupos de Relator, de las Comisiones de Estudio, etc., se redactan en pasado.