El Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información de este año reviste una importancia particular, pues coincide con el 160º aniversario de la Unión Internacional de Telecomunicaciones.
Desde 1865, la UIT ha contribuido a la conformación de todos los avances importantes en el ámbito de las comunicaciones: desde el telégrafo hasta el teléfono, desde los satélites hasta el teléfono móvil, y desde Internet hasta la inteligencia artificial, entre otros.
En dieciséis décadas hemos sido testigos de grandes avances y, aunque actualmente hay más personas conectadas que nunca, un tercio de la humanidad sigue privado de acceso a Internet.
El Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre el trabajo pendiente.
Este año –al igual que todos los demás– hemos de velar por que todas las personas, especialmente las mujeres y las niñas, puedan aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece la tecnología.
Quisiera expresar mi agradecimiento a los 194 Estados Miembros de la UIT y a las más de 1 000 organizaciones del sector privado, el ámbito académico y la comunidad técnica que trabajan día a día para garantizar que las tecnologías que configuran nuestro futuro digital beneficien a todas las personas, dondequiera que se hallen.