Día mundial de las telecomunicaciones
  Bienvenidos | Calendario | Documentos | Conexiones | Contactos

Organizado por
UIT
la Unión
Internacional
de
Telecomunicaciones

y sus

ASOCIADOS


Este sitio
también aparece
en


English

français
français


¿Eso Es Una Radio?

La noticia recorrió el mundo en unos minutos: un terremoto devastador había azotado a un país de Asia central. Gracias a la sofisticada tecnología de telecomunicaciones de que se dispone hoy en día, las agencias de noticias y demás medios de comunicación pudieron difundir el acontecimiento sin demora, y no se perdió tiempo para solicitar la ayuda internacional. Las Naciones Unidas, en cumplimiento de su función directriz en la esfera de la asistencia humanitaria, movilizaron y coordinaron los recursos pertinentes desde todos los sitios en los que se disponía de ellos.

En los casos graves de desastre natural, incluso los países mejor preparados pueden necesitar asistencia del exterior: ningún servicio de emergencia aislado, por ejemplo, posee suficientes equipos de salvamento y perros entrenados para buscar sobrevivientes simultáneamente en un gran número de edificios derrumbados. Como parte de los mecanismos cooperativos de ayuda internacional, muchos países tienen unidades de socorro en posición de espera para su envío inmediato a cualquier lugar del mundo. Cuando ocurrió ese terremoto, sólo unas pocas horas después aterrizaba en el aeropuerto cercano a la ciudad afectada la primera unidad de búsqueda y salvamento.

Sus equipos, incluidas herramientas especiales para abrirse paso hasta el sitio donde los sobrevivientes quedaron atrapados bajo los escombros de los edificios, medicamentos y todos los demás suministros necesarios para que la unidad pudiera operar con independencia de los recursos locales, se descargaron rápidamente del avión. En vista de la urgencia de la situación se pasaron por alto los trámites de inmigración, que de otro modo hubieran sido prolongados, e inmediatamente se expidieron visas a los miembros del grupo. Surgieron algunas dificultades iniciales cuando un inspector de salud pública insistió en que se debían someter los perros de salvamento, ayudantes indispensables del equipo, a los procedimientos de cuarentena. Pero esta dificultad se superó rápidamente con una explicación detallada de la función vital que los mismos desempeñan en el salvamento de vidas humanas, junto con la presentación de certificados de vacunación y sanidad canina.

Pero de pronto se interrumpieron los trámites:

"¿Eso es una radio?" preguntó el inspector aduanero mirando al "walkie-talkie" que llevaba el jefe del equipo ajustado al cinturón de su gastado mono de trabajo rojo. "¿Tiene un transmisor?".

"Sí. Lo usamos para comunicarnos entre los miembros del equipo y con el centro de coordinación que estamos estableciendo en el terreno", dijo el jefe del equipo.

Silencio.

"¿Eso quiere decir que tienen más radios?"

"Sí, y aquí tiene las licencias de todas ellas" respondió confiadamente el jefe del equipo.

Los socorristas estaban ansiosos por dirigirse a la ciudad lo antes posible, pues de la rapidez de su llegada podía depender la supervivencia de muchos. Después de un terremoto, cada minuto cuenta; las probabilidades de encontrar y rescatar con vida a personas atrapadas en sitios estrechos bajo los escombros de los edificios disminuyen rápidamente con cada hora que pasa. Pero esa pequeña radio sencilla le iba a costar al equipo un tiempo precioso.

"Estos papeles no son válidos en nuestro país. Tiene que solicitar un permiso oficial para aparatos de radio y una vez que lo obtenga debe presentarlo aquí antes de poder importar los transmisores. Eso es lo que dice el párrafo 2, línea 4 del artículo 389", fue la prudente respuesta del inspector de aduanas.

Toda explicación o argumentación fueron vanas. Sin embargo, era evidente que había que encontrar una solución, y muy pronto.

"¿Quién expide las licencias?" preguntó el jefe del equipo.

"El Ministerio de Telecomunicaciones."

"¿Queda lejos de aquí?"

"En el centro de la ciudad, pero será difícil llegar a causa del terremoto. El distrito de las oficinas estatales está muy dañado. Y aquí dice -consultando otra vez el Reglamento de Importaciones- que para que se le expida una licencia tiene que presentar primero el certificado de homologación de cada radio, además, por supuesto, de un certificado válido de operador de aparatos radioeléctricos." El grupo apenas podía creer lo que oía. Allí estaban, con la premura por tratar de salvar vidas en una zona siniestrada, y un funcionario les exigía un prolongado trámite administrativo en oficinas cuyo personal, probablemente sepultado en un edificio en ruinas, ansiaba la llegada de ese mismísimo equipo de salvamento.

¿Una sátira? En absoluto. Desgraciadamente se trata de una historia muy real, y que no constituye para nada un caso excepcional. ¿Pero por qué los equipos internacionales de salvamento tienen que luchar con esos molinos de viento burocráticos, mientras que hay gente en situaciones desesperadas que espera la asistencia que tanto necesita?

Hoy en día todos consideramos a las telecomunicaciones como algo natural. Las comunicaciones móviles personales mediante teléfonos celulares son cosa corriente, incluso en las ciudades grandes del mundo en desarrollo. Las noticias atraviesan las fronteras en tiempo real, las redes de comunicaciones mundiales son instrumentos diarios para las transacciones comerciales. Desreglamentación, privatización y tránsito mundial son hoy palabras clave en los debates sobre economía y política. Pero cuando se trata de aplicaciones prácticas, el panorama es muy distinto: tradicionalmente muchos países consideran que el control de las telecomunicaciones es un elemento esencial de la soberanía nacional.

Y el control de las telecomunicaciones implica el control de todas las actividades en las cuales se utilizan telecomunicaciones.

"En América del Sur"-dice un sismólogo-"nuestro país los terremotos son cosa corriente, y la alerta temprana de la población depende de los instrumentos situados en emplazamientos distantes en las montañas. Cuando voy a inspeccionar y ensayar esas estaciones, tengo que comunicarme con el centro de supervisión por un "walkie-talkie". Lo llevo escondido en mi bolso y lo utilizo únicamente cuando estoy seguro de que no hay nadie alrededor. Si un policía me viera utilizándolo, me detendría. Estoy casi seguro de que creería que soy un elemento subversivo comunicándose con una base de rebeldes. Y los rebeldes seguirían un razonamiento similar -cuando alguien habla por un aparato de radio es probable que sea un policía- y me matarían a tiros."

Pero volvamos por un momento a nuestra desamparada unidad de salvamento. Los socorristas finalmente abandonaron el aeropuerto, a expensas de una parte de sus equipos de telecomunicaciones. Afortunadamente, su terminal móvil de comunicaciones por satélite pasa desapercibido para el control de aduanas en una caja sin etiquetas. Asimismo, algunos miembros del equipo esconden rápidamente sus radios bajo sus monos de trabajo, para poder efectuar por lo menos algunas llamadas (siempre que no tropiecen con otro obstáculo, como un agente de policía que podría, en el peor de los casos, detenerlos por utilizar equipos de telecomunicaciones sin licencia). Sorprendentemente, incluso esta hipótesis ya se ha materializado alguna vez: algunos socorristas fueron realmente detenidos durante operaciones de salvamento. Con frecuencia estos trabajadores arriesgan su propia vida en el curso de esas operaciones, y su seguridad personal puede muy bien depender de las comunicaciones entre los miembros del equipo.

De cara al futuro, ¿cuáles son los requisitos que habrá de cumplir en 1998 un equipo de salvamento al llegar a un país siniestrado? Además de los pasaportes de los socorristas, los certificados zoosanitarios de los perros y la lista de equipos, el jefe del equipo puede presentar una copia del convenio internacional sobre utilización transfronteriza de equipos de telecomunicaciones para operaciones de socorro en caso de desastre. El anexo a este documento demostraría que el país en el que están entrando ha firmado el Convenio y confirmado su ratificación al depositario, el Secretario General de las Naciones Unidas. El inspector de aduanas consultaría el fichero con las últimas enmiendas a las reglamentaciones nacionales, y advertiría que se ha modificado el artículo 389 sobre el requisito de licencias de telecomunicaciones, en virtud de lo cual se ha de pasar por alto este requisito en los casos de graves desastres naturales para los cuales el gobierno pida o acepte una asistencia humanitaria internacional. El inspector diría: "Adelante", y el equipo se dirigiría sin demora al sitio en el que más se lo necesite.

Sin ir más lejos, el año próximo este final feliz, ahora utópico, se podría transformar en realidad gracias a los trabajos que se están realizando en torno al "Convenio sobre el suministro de recursos de telecomunicaciones para la mitigación de catástrofes y las operaciones de socorro en caso de catástrofe". Se prevé que este Convenio, fruto de los esfuerzos mancomunados de diversos organismos, como el Departamento de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas y la Unión Internacional de Telecomunicaciones, se adoptará en el curso de una conferencia internacional que tendrá lugar en Ginebra a principios de 1998.

La adopción de este Convenio, y aún más, su posterior ratificación y la consiguiente modificación de las reglamentaciones nacionales, dependerán en gran medida de una clara comprensión de su necesidad apremiante: se solicitará la opinión de las autoridades nacionales de telecomunicaciones de cada país antes de que los ministerios de relaciones exteriores encomienden a sus representantes en la conferencia que voten a favor del Convenio. Y los encargados de elaborar las políticas de telecomunicaciones sólo se pronunciarán a favor del mismo si son totalmente conscientes de la importancia que revisten las telecomunicaciones fiables para las operaciones humanitarias.

Así pues, aunque es urgentemente necesario facilitar el acceso de las telecomunicaciones para actividades humanitarias, ello dependerá de una estrecha cooperación entre los responsables de las operaciones de socorro y los encargados de elaborar las políticas de telecomunicaciones. Y para fomentar esa cooperación, ningún acontecimiento puede ser más propicio que el Día Mundial de las Telecomunicaciones de 1997, que este año versará sobre el tema "Telecomunicaciones y asistencia humanitaria". Sumado a las resoluciones encaminadas a facilitar las comunicaciones en casos de desastre, adoptadas por unanimidad en la Conferencia Mundial de Desarrollo de las Telecomunicaciones y la Conferencia de Plenipotenciarios de la UIT en 1994, este Día Mundial de las Telecomunicaciones será uno de los hitos en el camino que conduce a la utilización óptima de las telecomunicaciones para la más noble de todas las causas: la prevención y el alivio de los sufrimientos humanos causados por las catástrofes.


  Bienvenidos | Calendario | Documentos | Conexiones | Contactos