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Declaración del
Secretario General Señor Presidente, Teniendo presente la advertencia del Presidente, en el sentido de que nuestras declaraciones inaugurales deben ser breves, reservaré mis observaciones más minuciosas y elevadas para la Ceremonia de Apertura de esta tarde, y me limitaré a decir unas pocas palabras sobre lo que, a mi juicio, son los principales desafíos que tiene ante sí esta Conferencia. Si lanzamos una mirada retrospectiva a los cuatro años que han pasado desde la Conferencia de Plenipotenciarios de Kyoto, advertiremos claramente que se han hecho notables adelantos en el entorno de las telecomunicaciones. El ritmo de los cambios ha sido más acelerado de lo que habíamos previsto y sus efectos más profundos. Como he dicho en otras ocasiones, actualmente las tres fuerzas motrices más importantes del desarrollo de las telecomunicaciones son: en primer lugar, la convergencia de las industrias de telecomunicaciones, informática, radiodifusión y servicios recreativos; en segundo lugar, la reestructuración del sector de las telecomunicaciones a través de la liberalización, la privatización, la competencia, la reforma de la reglamentación y la mundialización; y en tercer lugar, el crecimiento, gracias al desarrollo masivo de nuevas tecnologías tales como Internet y la World Wide Web. Todas esas fuerzas se han visto magnificadas y aceleradas por el Acuerdo de la Organización Mundial del Comercio sobre servicios básicos de telecomunicaciones, que entró en vigor en febrero del año en curso. Espero vivamente que la realización en gran escala de las GMPCS, proceso que se prevé iniciar antes de que termine esta Conferencia, les dará un nuevo impulso. Aunque el desenlace de los acontecimientos puede haber sido más rápido de lo que anticipamos, es justo afirmar que las principales decisiones adoptadas en Kyoto fueron básicamente correctas y que la estrategia de la UIT para adaptarse al entorno cambiante de las telecomunicaciones es básicamente sólida. Por ejemplo, el éxito de las dos primeras versiones del Foro Mundial de Política de las Telecomunicaciones -sobre las GMPCS en octubre de 1996 y sobre las consecuencias del Acuerdo de la OMC en marzo de este año- han demostrado que, además de desempeñar sus funciones tradicionales, la UIT puede ser un foro eficaz para concebir respuestas innovadoras y prácticas a las cuestiones mundiales de política y reglamentación. Asimismo, la evolución desde 1994 ha puesto de relieve que las iniciativas adoptadas en la Conferencia de Kyoto con miras a consolidar los derechos de los Miembros de los Sectores y reforzar la base financiera de la Unión fueron absolutamente correctas. En el curso de los últimos cuatro años se ha ampliado visiblemente el papel del sector privado en cuanto al desarrollo de las telecomunicaciones a escala mundial. Me es muy grato informar que, hasta la fecha, este fenómeno se ha traducido en un aumento apreciable de la participación del sector privado en las actividades de la UIT. A fines de 1994 la UIT contaba con 371 Miembros de los Sectores. Cuatro años más tarde esa cifra ha ascendido a más de 500. Este número no sólo aumenta casi semanalmente, sino que está empezando a ser mucho más representativo del carácter convergente de las industrias de telecomunicaciones e información. Durante los últimos cuatro años los Estados Miembros y los Miembros de los Sectores de la UIT se han esforzado mucho por encontrar el modo de potenciar la función del sector privado en el marco de lo que, como todo el mundo está de acuerdo, debe seguir siendo una organización intergubernamental. Los Miembros también han trabajado arduamente con el fin de encontrar nuevos métodos para financiar las actividades de la Unión; han tratado de concebir un enfoque que, al tiempo que mantenga la tradición de libre elección, reduzca nuestra dependencia con respecto a las contribuciones señaladas de los Estados Miembros y permita aprovechar mejor mecanismos tales como la recuperación de costes y las contribuciones voluntarias con destino a proyectos específicos. En 1994 y 1995 esos objetivos se trataron de alcanzar a través de la labor del Comité de Revisión creado en el marco de la Resolución 15 - conocido en general como RevCom o Comité "Wyn-Wyn", en honor a su Presidente, el Sr. Wyn Lucas de British Telecom. La Secretaría también trató de aportar su grano de arena en la identificación y el estudio del modo de fortalecer las bases financieras de la UIT, según pedimos en la Resolución 39. En su reunión de 1996 el Consejo decidió fusionar esas dos vertientes de trabajo y encomendar su ulterior estudio al famoso Grupo UIT-2000, bajo la competente presidencia de nuestro amigo Abderrazak Berrada de Marruecos. A mi entender, la aplicación de las recomendaciones del UIT-2000 es la tarea más importante que tiene ante sí esta Conferencia y representa el mínimo absoluto que debe hacerse por asegurar que la UIT refleje la naturaleza cambiante del sector de las telecomunicaciones y siga siendo capaz de subvenir a las necesidades reales de sus Estados Miembros y Miembros de los Sectores. Permítanme reiterarlo: la aplicación de las recomendaciones del UIT-2000 es estrictamente lo mínimo que se puede hacer. Espero que tengan la sabiduría y el valor necesarios para ir aún más lejos. Éste es el principal mensaje que hoy debo transmitirles. Para apuntalar ese mensaje, quisiera compartir con ustedes algunos consejos sensatos que me ha dado el Consejo Consultivo Mundial de Telecomunicaciones, el grupo de dirigentes industriales creado para prestarme asesoramiento en cumplimiento de una recomendación del Comité de Alto Nivel, a saber: que la UIT debe funcionar "como si" fuese una entidad privada, sobre todo en el Sector de Normalización, en el cual la mayor parte de las actividades están a cargo de los Miembros del Sector. Mi interpretación de ese mensaje no es que la UIT debe privatizarse. Entiendo únicamente que debemos apuntar a que nuestras actividades sean lo más eficaces posibles, y tratar de aplicar las técnicas que han funcionado tan bien en el sector privado, tales como la planificación estratégica, financiera y operacional, la prestación de servicios de una manera rentable, y la gestión y el desarrollo de los recursos humanos, adaptando esas técnicas, según proceda, para ajustarlas a los requisitos de una organización intergubernamental. A mi juicio, funcionar "como si" fuésemos una entidad privada es una de las mejores formas de asegurar que la UIT siga reflejando los cambios actuales del entorno de las telecomunicaciones, continúe amoldándose a las necesidades de sus Miembros, y prosiga a la vanguardia del movimiento de reforma en la totalidad del sistema de las Naciones Unidas. Quisiera transmitirles otro mensaje que de alguna manera guarda relación con éste. Aunque los órganos asesores de los Sectores se crearon por primera vez en la Conferencia de Plenipotenciarios Adicional de 1992, sólo hemos adquirido experiencia real al respecto en los últimos cuatro años. A pesar de que se albergaban ciertas dudas -incluso durante la Conferencia de Kyoto- acerca de la pertinencia de que tanto los Estados Miembros como los Miembros de los Sectores proporcionasen asesoramiento sobre asuntos de política y estrategia, es justo decir que esas inquietudes se han calmado, y que los órganos asesores no sólo han demostrado su valor, sino que también han pagado con creces la modesta inversión que se destinó a sus actividades. Así pues, espero que esta Conferencia no sólo confirme sino que, de hecho, refuerce el papel que desempeñan esos órganos en las actividades de la Unión. Los delegados de esta Conferencia que ya hayan asistido a manifestaciones similares saben que soy, por naturaleza, un optimista confeso. Por lo tanto, no les sorprenderá saber que estoy seguro de que podrán arrostrar estos desafíos y todos los otros que se irán presentando a lo largo de las cuatro semanas próximas. Comencemos de inmediato, consagrémonos al trabajo, y hagámoslo conjuntamente.n |
Producido por el Servicio de Prensa e Información Pública de la UIT