Ilustración 3.1

Los "walkie-talkie" son un medio de telecomunicación personal para el usuario. Con accesorios, como un micrófono separado o una antena de gran calidad, el transceptor de mano puede adaptarse a necesidades especiales.

Los cargadores de baterías son accesorios indispensables que funcionan con corriente eléctrica o conectados a la batería de un vehículo. Los servicios de emergencia institucionales, como policía o brigadas de bomberos, prefieren los cargadores que permiten cargar varias baterías en su base; cuando el usuario necesita la radio permanentemente, suele ser más conveniente contar con varios cargadores. Los cargadores deben en todo caso poder cargar asimismo únicamente las baterías, sin la radio. De esta manera, habrá a disposición baterías de recambio cargadas para efectuar el cambio rápidamente.

Los transceptores de la ilustración están equipados con antenas muy cortas, que son muy útiles para las comunicaciones de corta distancia. Para tener un mayor alcance es imprescindible utilizar una antena más larga.

Ilustración 3.2

Los transceptores de ondas métricas para uso móvil o fijo tienen aproximadamente el tamaño de una radio de automóvil. Disponen de más potencia que los transceptores de mano y sus antenas, instaladas por lo general sobre el techo de un vehículo, son de calidad superior.

El dibujo de abajo muestra un transceptor móvil con un "panel de control" separado. Esta configuración permite la instalación de los controles en un sitio cómodo para el usuario, mientras que la radio propiamente dicha puede colocarse dondequiera que haya espacio. El aparato incluye asimismo un micrófono con un teclado, para poder controlar algunas de las funciones del transceptor sin necesidad de tocar la radio o el panel de control propiamente dicho.

El equipo móvil está normalmente alimentado por la batería del automóvil. En instalaciones fijas, una batería y un cargador son una mejor solución que un suministro de corriente eléctrica de 12 Volt c.c. En caso de pérdida de potencia por la línea, una batería cargada permitirá que la radio funcione sin interrupciones. El llamado "cargador inteligente" puede permanecer conectado de manera permanente a la línea eléctrica y a la batería sin que haya riesgo de sobrecarga puesto que reduce la corriente de carga disminuye automáticamente una vez que la batería está totalmente cargada.

Ilustración 3.3

Las redes de ondas métricas y decimétricas funcionan generalmente en modo símplex. En cualquier momento, cada una de las estaciones puede recibir o transmitir. Las estaciones indican que su transmisión ha terminado generalmente con la expresión "cambio", con lo cual invitan a la otra estación a transmitir.

Este modo símplex también es muy común en los enlaces de ondas decamétricas (ondas cortas).


Ilustración 3.4

El modo dúplex es el modo al que todos estamos acostumbrados debido al teléfono. Se transmite y recibe simultáneamente de manera que ambas partes se oyen continuamente y pueden interrumpirse mutuamente en cualquier momento.

Las redes en ondas métricas, decimétricas y decamétricas no tienen esta capacidad en la mayoría de los casos, pero funcionan en el modo símplex descrito en la Ilustración anterior.


 

Ilustración 3.5


Una colina impide la conexión directa en ondas métricas o decimétricas entre las estaciones A y B. Una estación repetidora situada en la cima de la colina puede comunicar con ambas estaciones simultáneamente.

Las estaciones A y B transmiten ambas en el canal 1 y reciben en el canal 2. La estación repetidora recibe en el canal 1 y transmite en el canal 2.

De la misma manera que una comunicación directa entre dos estaciones, el enlace opera en modo símplex. Sólo la estación repetidora puede recibir y transmitir simultáneamente, mientras que las estaciones A y B sólo pueden transmitir o recibir en un momento dado. En consecuencia, las dos estaciones no pueden transmitir simultáneamente.

Si las estaciones A y B fueran estaciones móviles o portátiles y debieran desplazarse a otras posiciones para poder comunicar directamente, ambas necesitarían efectuar la conmutación a un canal común. Mientras reciban en un canal y transmitan en otro canal no podrán oírse directamente sin utilizar una estación repetidora.


Ilustración 3.6

En el mapa se ve un ejemplo de la zona de cobertura de una estación repetidora de ondas métricas.

Una zona interior con un radio de aproximadamente 50 km queda totalmente cubierta; a una distancia mayor la comunicación seguirá siendo posible desde ciertos emplazamientos como la cima de una colina.

En la cima de una colina, que es el emplazamiento idóneo para los repetidores de ondas métricas o decimétricas, a menudo no se dispone de línea de energía eléctrica. Las baterías pueden suministrar la energía necesaria, pero hace falta recargarlas periódicamente. Según las condiciones meteorológicas locales, la utilización de paneles solares o de generadores eólicos es a menudo una solución.

 

Ilustración 3.7


Los transceptores de ondas decamétricas (ondas cortas) tienen un aspecto similar al de los equipos de ondas métricas y decimétricas que hemos visto anteriormente. Las estaciones de base que utilizan una potencia más alta o tienen otras capacidades como la comunicación de datos (correo electrónico) son a menudo más grandes.

Las antenas de onda corta son siempre más grandes que las antenas de ondas métricas o decimétricas. Las antenas utilizadas en los vehículos son por tanto un compromiso entre la aplicación práctica y la eficacia. En consecuencia, el alcance de una estación móvil de onda corta es generalmente bastante limitado. Las antenas fijas permiten utilizar plenamente las capacidades de comunicación mundial de los equipos de ondas cortas. 

Ilustración 3.8


Todos los satélites geoestacionarios están ubicados por encima del Ecuador, aproximadamente a 35 000 km de la superficie de la Tierra. A esta distancia, giran en torno a la Tierra una vez por día. Por consiguiente un satélite geoestacionario permanece siempre en la misma posición con respecto a la superficie de la Tierra.

Cuando se utilizan varios satélites en una red, la cobertura o "huellas" de los mismos podrían superponerse, o dejar espacios vacíos, dependiendo de su posición en la órbita geoestacionaria.

Si sólo se utiliza un satélite geoestacionario en la red, éste puede proporcionar conectividad únicamente dentro del área que cubre.

Ilustración 3.9


Los satélites geoestacionarios, que están situados sobre el Ecuador, ¡no "ven" los polos Norte y Sur!

Ilustración 3.10

Las órbitas no geoestacionarias son en principio posibles a cualquier distancia de la superficie de la Tierra. La comunicación es tanto más fácil cuanto más corta es la distancia hasta el satélite. Los satélites de órbita terrestre baja o "LEO" son por tanto muy útiles para la comunicación con pequeños terminales de mano o teléfonos.

Cuanto más baja es la órbita de un satélite más a menudo tendrá que girar en torno a la Tierra en un periodo de tiempo determinado, y menos energía se requerirá para la comunicación. El satélite cambiará continuamente su posición con respecto a cualquier punto de la superficie de la Tierra, pero hasta los teléfonos satelitales manuales de baja potencia, sin antenas directivas muy eficaces, podrán comunicarse con él.

Los satélites de telecomunicaciones no geoestacionarios circulan por lo general en torno a la Tierra a una distancia de 500 - 1500 km, muchas veces inferior a la de sus colegas geoestacionarios, y completan una órbita cada 90 a 120 minutos.


Ilustración 3.11

El usuario puede acceder a un satélite durante el tiempo limitado en el que el satélite pasa por encima de su posición.

Para mantener el contacto durante un periodo superior a unos minutos, hace falta una "transferencia" automática desde un satélite. El programa informático complejo a bordo de los satélites facilita este procedimiento. La situación es similar a la que se produce cuando el usuario de un sistema de telefonía móvil se desplaza de la zona de cobertura de una estación de base celular terrenal a la de otra, con la diferencia de que en ese caso es la célula la que cambia de posición y no el usuario.

Otra utilización para los satélites no geoestacionarios son los sistemas de almacenamiento y retransmisión: una estación en tierra transmite información al satélite, en el que queda almacenada hasta que el satélite alcanza una posición desde la cual puede llegar a la estación en tierra a la que está dirigido el mensaje, y sólo en ese momento retransmite la información. Tales sistemas pueden proporcionar telecomunicaciones eficaces a muy bajo costo, en particular para las zonas rurales alejadas; su utilización en las comunicaciones de emergencia es, sin embargo, muy limitada debido a la falta de capacidad de comunicaciones en tiempo real.

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