Actualmente, en muchas partes del mundo se da por sentado el acceso a las telecomunicaciones personales. El acceso personal a las redes de telecomunicación mundiales desde el hogar o los lugares de trabajo y, cada vez más, las comunicaciones móviles personales forman parte de la interacción social cotidiana y son indispensables para la organización y el funcionamiento de la sociedad.
Desde hace apenas pocos años se ha comprobado que las personas desplazadas son las que más específicamente lamentan la privación de estos medios cuando son afectados por una catástrofe. En la Región de los Balcanes, quienes realizaban tareas de socorro humanitario en campos de refugiados y las personas desplazadas no reclamaban únicamente medicamentos o víveres. Uno de los pedidos más frecuentes era "¿Me puede prestar su móvil?".
Aparte del valor que adquiere para las personas y para la interacción social en una sociedad afectada y conmocionada por una catástrofe, el acceso a las telecomunicaciones personales también reviste interés para los organismos de socorro. Resolver el problema de la reinstalación temporaria de las personas desplazadas cuando ocurre una catástrofe es una tarea esencial de estos organismos. Los afectados pueden facilitar en gran medida esta tarea si se les da los medios para ponerse en contacto con familiares y amigos que podrían ayudarlos. Incluso si no pueden recibir esa ayuda, el simple hecho de que los amigos sepan que "Estoy a salvo, estoy vivo" contribuye enormemente a aliviar el sufrimiento y la angustia personales.
Puede obtenerse más información sobre una organización no gubernamental que facilita ese tipo de servicios en www.tsfi.org/html_e/index_gb.php.