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“Las tecnologías más avanzadas son aquellas que no vemos, las que se funden en
el contexto del quehacer cotidiano a tal punto que forman parte de él.”
Mark Weiser
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El Informe de la UIT sobre la “Internet de los objetos” describe cómo las
tecnologías ubicuals anuncian ya un mundo de aparatos interconectados. También pasa
revista a los aspectos tecnológicos y comerciales y a las perspectivas de los países
en desarrollo. Contiene un anexo con estadísticas de más de 200 economías. El Informe
ha sido elaborado por la Unidad de Estrategia y Políticas de la UIT |
“Internet de los Objetos”
Ya se anuncian los sistemas del futuro
La Internet ha transformado la vida cotidiana de muchas personas al permitirnos
la conexión de unos con otros sin barreras de hora ni de distancia. Un Informe reciente
de la UIT anuncia una nueva revolución y afirma que en las próximas dos décadas
tendremos un impresionante número de objetos interconectados en línea, aún más que
el creciente número de personas que navegan en la web. Por ejemplo, el refrigerador
podrá intercambiar información con los estantes del supermercado, la lavadora podrá
comunicar con la ropa y la ropa que llevamos puesta podrá “hablar” a los objetos
con los que nos encontremos. Esta conexión del universo físico y el universo virtual
de Internet es la «Internet de los Objetos» (Internet of Things).
Es la revolución anunciada que describe el Informe de la UIT “The Internet of
Things”, séptimo de una serie de Informes de la UIT sobre Internet, publicado especialmente
para la segunda fase de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI)
en noviembre de 2005. Explica este Informe, por ejemplo, que se puede instalar un
dispositivo de identificación exclusivo en el teléfono móvil para transmitir la
identidad y el lugar en el que se encuentre el usuario o permitir la recepción de
información específica de ese lugar. Algunos artículos de la industria ya tienen
una etiqueta electrónica con transmisor de radiocomunicación, que permite localizar
el artículo en línea en cualquier lugar y en cualquier momento. Es un identificador
tan pequeño como un grano de arena que puede aplicarse prácticamente a todo.
La infraestructura necesaria para soportar esta Internet de los Objetos se está
desarrollando rápidamente (Figura 1). A mediados de 2005 había en todo el mundo
más de 2 mil millones de teléfonos móviles. Los servicios de Internet móvil y la
realización de las redes móviles de mayor velocidad de la nueva generación, como
las redes 3G (IMT-2000), permiten la conexión del usuario desde prácticamente cualquier
lugar y acceder a las redes en cualquier momento utilizando una conectividad permanente.
De otra parte, se estudian soluciones para extender el sistema de codificación de
las direcciones Internet. El código actual de 32 bits permite unos 4 mil millones de direcciones, pero un código de 128
bits (como el “Ucode” que está creando el Centro Japonés de Identificación Ubicua)
permitiría crear direcciones para asignar un billón de identificadores de objetos
todos los días durante un billón de años.
Probablemente vamos a vivir en un mundo lleno de redes invisibles de diminutos
procesadores interconectados, todos imperceptibles para los usuarios (Figura 2).
El difunto Mark Weiser, responsable del programa científico del Centro de Investigación
XEROX de Palo Alto, California (Estados Unidos), presentaba así este futuro en 1991
cuando acuñó la denominación de “informática ubicua”. Según sus propias palabras
“Las tecnologías más avanzadas son aquellas que no vemos, las que se funden en el
contexto del quehacer cotidiano a tal punto que forman parte de él”.
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Figura 1 — Extensión del acceso a la Internet
Usuarios y abonados de Internet 1995–2004 (gráfico de la izquierda). Los primeros
10 países en número de abonados a 3G, 2004 (gráfico de la derecha)
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De la mano de las tecnologías
La extensión de la Internet a los objetos será una de las aplicaciones de tecnologías
esenciales como la identificación por radiofrecuencia (RFI), la detección inalámbrica
o la nanotecnología.
El concepto de la Internet de los Objetos es relativamente nuevo, pero no son tan nuevas las tecnologías en las que está basado. La RFID fue inventada
a mediados del siglo XX y ya hace más de una década empezaron a comercializarse
materiales que explotan la nanotecnología. La combinación de estas tecnologías permite
crear los cada vez más frecuentes objetos “inteligentes”, por ejemplo autómatas,
“coches inteligentes” o “edificios inteligentes”. Por otra parte, el progreso de
la miniaturización permitirá conectar objetos cada vez más pequeños que podrán comunicar
con la red y entre ellos. En el Informe de la UIT se estudian avances recientes
de la nanotecnología que van a permitir ofrecer cada vez mayor capacidad de tratamiento
en un volumen cada vez más reducido.
La RFID permite identificar algo teniendo en cuenta su posición, una función
esencial para las comunicaciones entre objetos. Es la más madura de las tecnologías
potenciadoras, a tal punto que ya se han definido protocolos de normalización y
empiezan a comercializarse aplicaciones comerciales en un mercado de rápido desarrollo.
La estimación de ingresos de las RFID en 2004 oscila entre 1.500 y 1.800 millones USD. La nanotecnología no ha alcanzado
esta fase de madurez pero hay un creciente interés por sus posibilidades. La
National Science Foundation (NSF) de Estados Unidos prevé que la producción
anual mundial de los sectores de la nanotecnología alcanzará un total de 1 billón
USD en 2015, siendo particularmente alentadoras las cifras de electrónica y semiconductores.
Las tecnologías de detección son el puente entre los universos físico y virtual,
el medio que permite que los objetos respondan a las modificaciones del entorno.
Las redes de detección inalámbricas son comunes en muchas aplicaciones, por ejemplo
accesos protegidos, supervisión del entorno o automatización doméstica, y un desplome
de los precios de fabricación de detectores permitirá generalizar estos sistemas.
La robótica ha salido ya de las fábricas y se anuncia un gran mercado para la industria
de robots domésticos.
El impacto de estas tecnologías, sea de cada una de ellas o de su utilización
combinada, será extraordinario. Restará validez a las actuales estructuras de la
industria de las telecomunicaciones y abrirá un campo de oportunidades y modelos
comerciales totalmente nuevos.
Figura 2 — La Internet de los Objetos
La nueva dimensión del entorno de las comunicaciones
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Los nuevos mercados potenciales
El mercado mundial de las telecomunicaciones se multiplicó prácticamente por
tres entre 1990 y 2003, pasando de 374 mil millones a 1.124 mil millones USD, lo
que supone una tasa de crecimiento del 8,8% (Figura 3). Los mercados de los países
en desarrollo están creciendo casi dos veces más rápidamente que los mercados de
los países industrializados y en 2003 esos mercados representaban una quinta parte
de la renta mundial de las telecomunicaciones. Ahora bien, es el sector de las comunicaciones
móviles el que ha crecido más rápidamente, pasando de sólo un 2% del mercado en
valor en 1990 a un 43% en 2003. Es probable que la renta de los servicios móviles
supere la renta de explotación de líneas fijas en 2005 por primera vez.
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La tecnología de identificación por radio-frecuencia (RFID) se utiliza para
leer los datos de cada paquete y seguir la expedición.
El control de existencias y la expedición son mucho más eficientes
Siemens
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El acceso de banda ancha ha transformado el concepto de la Internet, que se está
apropiando una parte de los ingresos del servicio telefónico de líneas fijas. Es
una tendencia que se va a confirmar con el nuevo sistema de Internet de los Objetos.
La renta por transmisión de datos en todo el mundo está creciendo mucho más rápidamente
que la renta por transmisión de voz y probablemente seguirá siendo así cuando millones
de objetos puedan intercomunicar. En un entorno lleno de dispositivos interconectados,
el nuevo sistema de la Internet de los Objetos podría representar un mercado nuevo
e importante para las telecomunicaciones.
Oportunidades para los países en desarrollo
Los países en desarrollo también están innovando y están adaptando estas nuevas
tecnologías que pueden significar mucho para conseguir los objetivos de desarrollo.
Entre los posibles beneficios de aplicaciones basadas en la Internet de los Objetos
se prevén soluciones más prácticas para el diagnóstico y la atención médica, agua
salubre, saneamiento, generación de energía, mayor actividad comercial y mayor seguridad
alimentaria.
Por ejemplo, la producción y exportación de mercancías son actividades que utilizan
las tecnologías de detección para verificar la calidad y la pureza del producto:
café en Brasil y Chile, o carne bovina en Namibia. La RFID se ha utilizado para
el seguimiento de expediciones de carne bovina a la Unión Europea, para controlar
el origen y la manipulación de la carne en canal. Es una garantía de calidad en
el actual mercado de normas más rigurosas y una forma de ayudar a los productores
de los países en desarrollo a aumentar sus exportaciones.
Bangladesh utiliza nanofiltros para conseguir agua potable. Los sistemas de nanodetectores
permiten supervisar la calidad del agua de una forma más económica, y los sistemas
de nanomembrana podrían facilitar el tratamiento de aguas residuales. Las nuevas
tecnologías podrían contribuir a mejorar la calidad de la atención médica en los
países en desarrollo, si la Internet de los Objetos se utiliza para controlar el
origen de medicamentos seguros y eliminar falsificaciones.
Las tecnologías de detección pueden significar mucho en regiones que están expuestas
a un riesgo de catástrofes naturales, que necesitan sistemas eficaces y de gran
cobertura para evitar la pérdida de vidas y bienes materiales. Los autómatas especializados
en la detección y la eliminación de minas antipersonal están evitando la muerte
y la amputación en zonas de guerra.
Figura 3 — El rápido crecimiento de las telecomunicaciones
Evolución de la renta por servicios de telecomunicaciones, 1990–2003, en miles
de millones USD. Desglose de países desarrollados/en desarrollo y servicios de línea
fija/móvil
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La India y China han tomado iniciativas para apoyar la investigación y la creación
de programas informáticos, y es probable que estos gigantes en desarrollo también
van a contribuir al progreso de estas tecnologías. Los importantes programas de
investigación que están realizando permiten suponer que la Internet de los Objetos
se va a adaptar a las condiciones y las circunstancias particulares de estos países.
Todo indica que los países en desarrollo, lejos de ser seguidores pasivos, van a
tener una función de líderes en la implementación y la generalización de utilización
de estas tecnologías emergentes.
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Siemens
Los pacientes de este hospital de Nueva York llevan pulseras RFID que contienen
su historial médico y el tratamiento, lo que ayuda al personal a ofrecer una atención
médica más segura y eficaz
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Necesitamos una normalización
La normalización es fundamental para la aplicación y la difusión masiva de cualquier
tecnología. Sin normas no habrían podido prosperar la Internet ni los teléfonos
móviles actuales. Cuando la Internet de los Objetos sea una realidad, los protocolos
de normalización serán cada vez más complejos porque casi todos los elementos de
cálculo y objetos domésticos podrán integrarse en las redes. Actualmente cada una
de estas tecnologías tiene sus propias normas, pero el concepto de la Internet de
los Objetos no se podrá realizar sin un tratamiento sistemático de la normalización
que garantice la compatibilidad de los protocolos de comunicación.
¿Y la privacidad?
Estamos creando la infraestructura técnica para la Internet de los Objetos y
la industria de las telecomunicaciones considera que tiene un mercado nuevo y rentable,
pero hay que preguntarse si los consumidores realmente quieren que su refrigerador
haga automáticamente el pedido de las verduras, o que su aspiradora notifique directamente
una avería al fabricante. También se plantean serias dudas sobre la privacidad y
la protección de los datos, debido a la posibilidad de utilizar detectores e identificadores
inteligentes para seguir los desplazamientos y los hábitos de una persona sin que
ella lo sepa. Habrá que revisar los actuales conceptos de privacidad cuando se instale
una cámara en la pantalla del monitor o un detector de huellas dactilares en el
tirador de la puerta. Asistiremos a un intercambio masivo de datos, invisible y
constante, entre los objetos y las personas y también entre distintos objetos, sin
que se informe al “propietario” de estos datos. ¿Quién controlará al cabo la información
que van a registrar los oídos y los ojos electrónicos que nos rodeen?
Las objeciones del público y las activas campañas de los consumidores han hecho
fracasar los intentos de comercialización de sistemas RFID de dos conocidas sociedades.
Para fomentar una mayor utilización de las tecnologías que son la base de la Internet
de los Objetos es preciso sentar los principios de consentimiento con conocimiento,
confidencialidad y seguridad de los datos. Sin iniciativas comunes para proteger
estos valores, con todas las partes de la administración pública, la sociedad civil
y el sector privado, se van a impedir durante cierto tiempo los beneficios potenciales
de una Internet de los Objetos completamente implementada.
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