La primera edición del Reglamento de Radiocomunicaciones (1906) tenía solamente 15 páginas (Fuente: ITU) |
Tras este evento preparatorio se celebró en Berlín en 1906 la Primera Conferencia Radiotelegráfica Internacional, a la que asistieron representantes de 30 países. Se decidió que la Oficina de la UIT sería el administrador central de la Conferencia. La Sección de Radiotelegrafía de la Oficina empezó a funcionar el 1 de mayo de 1907.
Fruto de la Conferencia de 1906 fue el Convenio Radiotelegráfico Internacional, cuyo Anexo contenía el primer reglamento sobre la materia. Este reglamento se fue ampliando y revisando en las numerosas conferencias posteriores, y acabo convirtiéndose en lo que conocemos como el
Reglamento de Radiocomunicaciones. Al día de hoy, dada la multitud de servicios inalámbricos, el Reglamento comprende más de 1000 páginas de información sobre cómo compartir y utilizar a escala internacional los limitados recursos del espectro de radiofrecuencias, así como de las órbitas de los satélites.
En 1982, los voluntarios reunieron y empaquetaron 10.000 copias del ejemplar en dos volúmenes del Reglamento de Radiocomunicaciones. Si se hubieran apilado las 51.393.608 páginas impresas de tamaño A4, la altura resultante habría sido casi 12 veces mayor que la de la Torre Eiffel. (300m)! (Fuente: UIT) |
La edición de 2012 del Reglamento de Radiocomunicaciones consta de cuatro volúmenes y está disponible en los seis idiomas oficiales de la UIT (Fuente: UIT) |
Tras la catástrofe del Titanic en abril de 1912, la segunda Conferencia Radiotelegráfica Internacional se reunió en Londres. En los debates se dio prioridad a las medidas de seguridad y la Conferencia aprobó el Artículo 9 del Convenio que estableció la prioridad de las llamadas de socorro sobre las demás llamadas telegráficas |
Asimismo, la Conferencia estableció el “SOS” as como la llamada de socorro marítima internacional, uno de las primeras medidas en el importantísimo campo de las comunicaciones de emergencia. Pero el hundimiento del transatlántico Titanic en 1912 demostró la necesidad de realizar nuevas mejoras. Apenas unos meses después de la tragedia, la Conferencia Radiotelegráfica Internacional de 1912, celebrada en Londres, acordó asignar una longitud de onda común para las señales de socorro emitidas por radio de buques. Por otra parte, todos los barcos recibieron instrucciones de mantener, a los 15 y 45 minutos de cada hora, un silencio de radio de tres minutos para que los operadores pudieran escuchar señales de socorro.
En la década de 1920 la utilización de las radiocomunicaciones aumentó rápidamente, incluso para la radiodifusión popular. A fin de mejorar la eficiencia y la calidad de funcionamiento, la Conferencia de Washington de 1927 atribuyó bandas de frecuencia a los distintos servicios de radiocomunicaciones (fijo, móvil marítimo y aeronáutico, de radiodifusión, de aficionados y experimental).