Declaración de política general
del
Lic. Orlando Jorge Mera
Presidente del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones
con rango de Secretario de Estado y Jefe de la Delegación
República Dominicana
Martes, el 19 de marzo de 2002
Señor Presidente:
Señoras y Señores:
En nombre del Gobierno de la República Dominicana, presidido
por el Honorable Señor Presidente Hipólito Mejía, extiendo un cordial saludo
a todas las delegaciones presentes y, de manera especial, un reconocimiento al
Gobierno y al pueblo de Turquía por su hospitalidad y a la Unión Internacional
de Telecomunicaciones, por consolidar su liderazgo, con la celebración de esta
Conferencia Mundial de Desarrollo de las Telecomunicaciones, que tiene como tema
central La Reducción de la Brecha Digital.
Han sido muchos los estudios y diagnósticos que se han
realizado sobre la brecha digital y su impacto en las economías de los países
que integran la comunidad de naciones. A pesar de las diferencias que se puedan
tener con los referidos estudios, los mismos coinciden en que la reducción de
la brecha digital no es tarea única de los gobiernos y de las autoridades, o de
los hacedores de política, sino que debe ser el resultado de la unión de
esfuerzos y voluntades entre todos los sectores que componen la sociedad, esto
es los sectores público y privado. Se requiere, entonces, la conciencia
necesaria entre los actores principales que, en el caso específico de las
telecomunicaciones, son las empresas de telecomunicaciones y el gobierno y las
autoridades reguladoras para crear el marco legal propicio y competitivo que
garantice el clima de inversiones, y a su vez, el desarrollo de la
infraestructura, que permita que la mayoría de los ciudadanos que no tienen el
derecho de acceder a las ventajas de las tecnologías de la información y de
las telecomunicaciones , puedan hacerlo al igual que como, al día de hoy, una
minoría disfruta de este derecho.
Consciente de esa realidad, les expondré brevemente sobre la
experiencia de un país que ha podido conjugar, en el curso de los últimos
años, esa unión de voluntades, y ha podido asumir el compromiso de llevar a la
práctica un régimen que ha permitido que, a través de la transparencia y la
competencia, todos los sectores estén conscientes de la necesidad de reducir la
brecha digital. Me refiero a la República Dominicana.
Permítanme decirles que la República Dominicana tiene 8.8
millones de habitantes y una superficie de 48,000 kms²; y posee una ubicación
estratégica pues está en el mismo medio del Mar Caribe, en el Hemisferio
Occidental, sirviendo de puerta de entrada a América del Sur, Centroamérica,
Méjico, Estados Unidos de Norteamérica, Canadá y obviamente, al conjunto de
islas que componen la Comunidad del Caribe.
Soy de un país que ha gozado de una estabilidad democrática
en los últimos 40 años, lo cual, unido al desarrollo de una economía
orientada hacia los servicios, la producción diversificada y la alta
tecnología, la convierte en una nación atractiva para las inversiones
extranjeras, pues existe un ambiente de competencia en áreas tan importantes
como lo es el de las telecomunicaciones.
La República Dominicana es un caso sumamente interesante
para analizar cuando del desarrollo de las telecomunicaciones se trata. En
efecto, desde el año 1930, es decir hace 72 años, las telecomunicaciones
están privatizadas, esto es, el Estado Dominicano no tiene ningún tipo de
interés o participación en el sector a través de empresas estatales que
ofrecen servicios de telecomunicaciones. Esta liberalización del sector ha
permitido que existan en la actualidad, cinco empresas, tanto de capital
extranjero como nacional, que con sus inversiones, han hecho que la República
Dominicana exhiba una de las más avanzadas infraestructuras de
telecomunicaciones de América Latina. En ese sentido, nuestro país tiene, a
Diciembre del 2001, una teledensidad de 25.4 % (acumulando las líneas
alámbricas y las líneas inalámbricas).
Esta pujanza en el sector de las telecomunicaciones, que es
uno de los más dinámicos de la economía dominicana, se debe a que el Gobierno
de la República Dominicana propició una reforma íntegra del régimen legal
que regía a las telecomunicaciones y, gracias a la cooperación recibida de la
Unión Internacional de las Telecomunicaciones, el 27 de mayo de 1998 fue
promulgada la Ley General de Telecomunicaciones No. 153-98.
Mediante esta ley, se creó el Instituto Dominicano de las
Telecomunicaciones, que es el órgano regulador del sector, con objetivos
sumamente claros y específicos: a) Promover el servicio universal, a través
del Fondo de Desarrollo de las Telecomunicaciones; b) Regular el espectro
radioeléctrico del país, en todos sus ámbitos; c) Promover y garantizar el
ejercicio de los derechos de los usuarios de servicios de telecomunicaciones; y
d) Garantizar el desarrollo de la libre y leal competencia en el sector.
Esta labor se realiza tomando en consideración tres
principios básicos: Primero, el Principio de la Mínima Regulación,
esto es, el Estado sólo interviene cuando es necesario. Así, por ejemplo, el
Gobierno de la República Dominicana es respetuoso de la libertad tarifaria
dispuesta en la Ley General de Telecomunicaciones y al mismo tiempo, ha
establecido mecanismos de garantía de los derechos de los usuarios; Segundo,
el Principio de Transparencia, que exige que todos los actos y decisiones del
órgano regulador puedan ser consultados por el público en general, conforme al
debido proceso de ley; y Tercero, el Principio de Neutralidad
Tecnológica, que significa que el Estado no establece las tecnologías que
deberán de usarse, sino que sólo debe velar por la calidad del servicio que se
ofrece a los usuarios.
Con el propósito de reducir la brecha digital, el Gobierno
de la República está ejecutando, a través del Fondo de Desarrollo de las
Telecomunicaciones, y con la participación del sector privado, en proyectos que
van desde la instalación de teléfonos públicos rurales, hasta proyectos de
telemedicina, teleducación, y de instalación y operación de telecentros
comunitarios. Se trata, en definitiva, del uso de la tecnología de la
informática y de las telecomunicaciones para contribuir con el fortalecimiento
de la educación, del conocimiento y de la salud del país, mediante el acceso,
a menor costo, para cada ciudadano.
Con esta unión de responsabilidades y de cooperación que
existe entre el sector público y el sector privado, la República Dominicana se
encamina exitosamente a alcanzar los retos del presente y del futuro. El
Gobierno de la República Dominicana ha asumido la educación como una de sus
políticas fundamentales, con el propósito de garantizar que más de dos
millones de estudiantes del país puedan tener acceso a las ventajas que ofrece
la autopista de información que es el Internet.
De ahí es que funcionen en la República Dominicana, una
cantidad importante de laboratorios de informática en las escuelas públicas,
gracias a la contribución del sector privado. Existe, de igual manera, el
Instituto Tecnológico de las Américas, con el propósito de crear la mano de
obra capaz de trabajar en la manufactura de productos de alta tecnología en el
"Parque Cibernético de Santo Domingo", que constituye un modelo
similar a las ciudades cibernéticas que operan en Malasia, China, Brasil y
Costa Rica.
El derecho al conocimiento constituye un derecho inherente a
todos los ciudadanos, sin distinguir raza, color, género o estatus económico.
Por eso, el Gobierno de la República Dominicana saluda la agenda de
conectividad preparada por la Comisión Interamericana de Telecomunicaciones (CITEL)
y espera que la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, organizada
por la Unión Internacional de las Telecomunicaciones para el año 2003, permita
cohesionar y unificar más los esfuerzos de todas las naciones, en la búsqueda
de mecanismos de contenido y de respeto de los derechos de propiedad intelectual
para colmar la brecha digital.
Apelo a la unidad del sector de las telecomunicaciones para
afrontar los retos que se nos presentan en el campo de las telecomunicaciones y
de la tecnología, y deseo que esta Conferencia Mundial, bajo el liderazgo de la
Unión Internacional de Telecomunicaciones, constituya un aporte significativo a
esta tarea.
Gracias.
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