Día Mundial de las Telecomunicaciones 1998 |
May 4, 1998 |
La UIT empieza a simplificar y acelerar sus actividades y a trabajar estrechamente con el sector privado
Soplan vientos de cambio en la Sede de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) en Ginebra que, desde su fundación en 1865, ha servido a la industria de las telecomunicaciones mundial.
El entorno de las telecomunicaciones de hoy en día ya no es el de un club íntimo de operadores estatales como hace un siglo: los Miembros actuales son 188 Estados y unos 500 Miembros no gubernamentales, cuya gran mayoría son fabricantes y operadores del sector privado.
Los miembros del sector privado están pidiendo cambios en la UIT. En los últimos 15 años más del 80% de los Estados Miembros de la UIT han privatizado sus operaciones de telecomunicaciones. A medida que el papel de los gobiernos se desplaza desde el de un operador al de un órgano de reglamentación, la organización ha estado debatiéndose en cambios que se adapten a su nueva situación en rápida evolución.
Al contrario de lo que puede percibirse erróneamente, los intereses del sector privado han estado siempre presentes en la UIT. Desde 1871 han desempeñado un papel en las tres áreas principales de actividad de la organización -la creación de normas mundiales de telecomunicaciones, la asignación de frecuencias a las radiocomunicaciones (formando parte de las delegaciones nacionales) y, más recientemente, la financiación y racionalización de las infraestructuras de telecomunicaciones de los países en desarrollo.
Lo que el sector privado no tiene es el privilegio de voto del que gozan los Miembros de pleno derecho. Don MacLean, Director de Planificación Estratégica y Asuntos Exteriores de la UIT, explica: "Como se trata de una organización interestatal, sólo los gobiernos han sido Miembros de pleno derecho con privilegios plenos de votación".
No obstante, en su opinión, el sector privado no desea probablemente estos privilegios de voto por sí mismos "no necesariamente desean dedicar su tiempo a las reuniones de plenipotenciarios".
Lo que el sector privado quiere es velocidad, flexibilidad y que se le escuche en el proceso de aprobación, afirma.
Cuanto más rápido avanza la tecnología, más lento parece ser el ritmo de una estructura de 133 años de antigüedad.
Reconociendo esta situación, la UIT emprendió en 1992 una importante reorganización estructural y operativa, por primera vez en 50 años. "Deseábamos implicar al sector privado y hacer más responsable el proceso de adopción de decisiones" afirma el Sr. MacLean.
Posteriormente, se elaboró un conjunto de 30 recomendaciones denominadas UIT 2000, entre 1994 y 1997. Las Recomendaciones piden que la próxima Conferencia de Plenipotenciarios de la UIT que se celebrará en Minneápolis entre el 12 de octubre y el 6 de noviembre considere la adopción de modificaciones en la Constitución de la UIT.
La reforma actual trata sobre los derechos y obligaciones de los Miembros de la UIT. La creación de un consenso entre Miembros muy diversos, en donde entran gobiernos y el sector privado, procedentes de mercados con niveles diversos de desarrollo y competencia, no se realiza rápidamente.
El ritmo de esta reorganización ha causado por sí mismo frustración entre algunos de los reformadores.
No obstante, se han registrado avances. La UIT está elaborando alternativas rápidas a las Comisiones de Estudio tradicionales para acelerar el proceso de normalización.
En los textos UIT 2000 se recomienda la introducción de una distinción entre aprobación de normas mediante el voto de todos los Miembros y aprobación en Comisiones de Estudio, que no exige una votación en pleno.
Se hace hincapié en la cooperación con los grupos regionales, tales como el Instituto Europeo de Normas de Telecomunicaciones, y con los foros de la industria que están más próximos a sus mercados y tienden a cambiar más rápidamente.
"Cada sección de la UIT debe hallar soluciones que den sentido a sus actividades, en lugar de someterse a un conjunto de reglas impuestas de arriba a abajo" afirma el Sr. MacLean.
Se alienta a las pequeñas compañías a tomar parte en el proceso, reduciendo los cánones de adhesión y modificando las reglas que faciliten su participación.
El Sr. MacLean es optimista en cuanto a la capacidad de adaptación de la UIT. "Todo el mundo quiere que cambiemos rápidamente", afirma.
El mismo representa los cambios que se están produciendo en Ginebra. Fue contratado en 1992 para responsabilizarse de la planificación estratégica. "Tal vez yo sea la primera persona en todas las organizaciones de las Naciones Unidas que se encarga de dicho papel", declara.
Claudia Flisi