Concierto de Navidad de Fessenden
El mes pasado quisimos saber cuál había sido el contenido de la primera radiodifusión,
que consiguió transmitir la voz humana y música, efectuada por Reginald Aubrey Fessenden
en 1906. Encontramos una clave en la fecha de esa radiodifusión, el 24 de diciembre.
Evidentemente, su contenido no podía ignorar la Navidad.
Desde un transmisor situado en Brant Rock, Massachusetts (Estados Unidos de América),
Fessenden y sus asistentes ejecutaron melodías de Navidad y leyeron algunos cuentos.
El propio Fessenden interpretó, acompañado por los acordes de un violín, “Noche
de Paz” y cantó la última estrofa. Los primeros oyentes, sumamente sorprendidos,
fueron operadores de barco en plena navegación, y la emisión podía oírse desde el
Océano Atlántico hasta el Mar Caribe.
Inspirado por el inventor del teléfono
Nacido en Quebec (Canadá) en 1866, Fessenden fue al parecer un niño prodigio.
Con sólo 14 años recibió un premio de matemáticas en su escuela. Pero tenía apenas
10 años cuando vivió probable-mente una de las experiencias más decisivas de su
vida: escuchó a su tío contar que había asistido a una presentación hecha por el
inventor del teléfono, Alexander Graham Bell, que vivía en una ciudad vecina. Todos
sabemos que Bell transmitía señales vocales por ondas eléctricas que se desplazaban
a través de un hilo. Ahora bien, circulan rumores de que Fessenden se preguntó por
qué los hilos eran necesarios dado que las ondas sonoras, por ejemplo, podían recorrer
libremente largas distancias.
Fessenden (sentado a la derecha) realiza su primera
emisión de radio desde su estación de Brant Rock en Massachusetts,
Estados Unidos
Fuente: North Carolina Office of Archives and History (Raleigh, NC, Estados Unidos) |
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Ese interés precoz llevó finalmente a Fessenden al mundo de la radio, después
de haber trabajado en diversas disciplinas y, durante una temporada, en el laboratorio
de Thomas Edison. En 1900, casi exactamente seis años antes del día de su emisión
de Navidad, Fessenden realizó la primera transmisión de la voz humana por radio.
Sus trabajos se basaban en la teoría de las ondas continuas para transmitir la señal
radioeléctrica, y no en la idea de Guglielmo Marconi, para quien era necesario generar
ondas radioeléctricas creando una serie de “chispas” discontinuas. Aunque en un
primer momento, Fessenden perfeccionó el sistema de Marconi inventando el transmisor
de chispas rotativo síncrono, poco después creó un dispositivo que podía producir
ondas radioeléctricas continuas, un alternador de alta frecuencia (HF) con un terminal
conectado a tierra y el otro a una antena sintonizada. En noviembre de 1906, fabricó
un alternador HF que funcionaba en la banda 50–90 kHz, con una salida máxima de
aproximadamente 300 watts.
Annus mirabilis: 1906
Fessenden también fue, en enero de 1906, el primero en producir una emisión telegráfica
bidireccional de larga distancia por el Atlántico utilizando el código Morse. (Marconi
ya lo había hecho en 1901, pero sólo en una dirección.) Seguidamente, se intercambiaron
mensajes por una frecuencia de aproximadamente 88 kHz entre Brant Rock y una estación
situada en Macrihanish, en la costa occidental de Escocia. Fessenden y sus colegas
también llevaron a cabo experiencias con su nuevo alternador HF para transmitir
señales radioeléctricas a una estación situada en Plymouth, Massachusetts. En noviembre,
recibieron una información totalmente inesperada proveniente de Escocia. El equipo
de Macrihanish había escuchado con toda claridad una conversación entre los operadores
de la estación de Plymouth durante una experiencia: había tenido lugar pues, accidentalmente,
¡la primera emisión de radio transatlántica! Un mes más tarde, el día de Nochebuena,
Fessenden realizó una emisión, esta vez perfectamente planificada, con destino a
los barcos de la United Fruit Company que transportaban bananas desde Puerto Rico.
Esta emisión también fue oída por otras embarcaciones, en particular las pertenecientes
a la Marina de los Estados Unidos, y Fessenden efectuó una segunda emisión el día
de Fin de Año.
A pesar de que su nombre no haya sido tan conocido como otros (por ejemplo, Marconi)
con mayor talento para difundir sus ideas, Fessenden fue sin lugar a dudas un genio.
Hasta su muerte en 1932, era titular de centenares de patentes, superado sólo por
Edison. El sistema de radio por ondas continuas que inventó fue el punto de partida
indiscutible de futuros desarrollos. Aunque también le debemos numerosas invenciones
sumamente útiles, desde los radiobúsqueda hasta un tipo de microfilm, tal vez la
que más le agradecemos sea la radiodifusión, gracias a la cual la voz humana y la
música llegan directamente a nuestros oídos desde grandes distancias.
Fessenden y el “Titanic”
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Marconi corporation
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En 1912, el transatlántico Titanic se hundió durante su primera travesía después
de chocar contra un iceberg en el Atlántico Norte. La pérdida de vidas humanas conmocionó
notablemente a Fessenden, que se dispuso a encontrar un medio para prevenir catástrofes
similares. Ya había descubierto el principio del sondeo por eco con frecuencias
sónicas: la idea era instalar a bordo de una embarcación un transductor a unos 3
metros por debajo del nivel del mar para que emitiera pequeñas “ráfagas” de señales
sonoras a frecuencias de hasta 20 kHz. Fessenden había calculado que las ondas sonoras
lograrían recorrer varios kilómetros y anunciar a la embarcación la presencia de
cualquier objeto sumergido que podría correr el riesgo de embestir. La distancia
del objeto (o el fondo del mar) podrían determinarse cronometrando el trayecto de
regreso de la onda sonora. En 1914, la Marina de los Estados Unidos puso a prueba
el oscilador eléctrico submarino de Fessenden y constató que ese aparato podía en
efecto detectar icebergs situados a una distancia de 4 kilómetros. Nacía así el
sistema de navegación y telemetría por ecos sonoros, conocido hoy como “sonar”,
según la abreviatura en inglés.
Fessenden perfeccionó más adelante esa técnica para que fuera utilizada durante
la Primera Guerra Mundial con el fin de detectar submarinos. En el decenio de 1920,
inventó también un sistema de sondeo por ultrasonido, que pasó a formar parte del
equipo habitual de las embarcaciones, en particular de los barcos cableros. Sus
trabajos para mejorar la seguridad en el mar han sido unánimemente reconocidos,
como puede leerse en el epígrafe grabado en su tumba de las Bermudas: “Gracias a
su genio, los continentes se comunican a pesar de la distancia y los hombres navegan
sin temor a las profundidades.”
Para pensar durante las fiestas de Año Nuevo:
¿Existe una antena parabólica orientable
llamada “Arthur”, que hace referencia al Rey de la leyenda de los “Caballeros de
la Mesa Redonda”? Se anunciará la respuesta en la edición de Actualidades de la
UIT correspondiente a enero-febrero de 2006. |
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