Convenio de Tampere — un tratado que salva vidas
En Tampere, ciudad de Finlandia situada a 200 km al
norte de Helsinki, 225 delegados de 75 países se congregaron en junio de 1998 en
el marco de la Conferencia Intergubernamental sobre Telecomunicaciones para
Casos de Emergencia. Esa importante reunión culminó con la adopción y firma del
Convenio de Tampere sobre el suministro de recursos de telecomunicaciones
para la mitigación de catástrofes y las operaciones de socorro en casos de
catástrofe —primer tratado internacional que reconoce la importancia vital
de las tecnologías de la comunicación en las crisis humanitarias. La UIT fue una
de las organizaciones que dirigieron la redacción de dicho tratado destinado a
salvar vidas.
El Convenio de Tampere entró en vigor el 8 de enero de 2005, tras ser
ratificado por 30 Estados apenas dos semanas después de producirse el devastador
tsunami en el Océano Índico, en diciembre de 2004. Hasta la fecha ha sido
ratificado por un total de 36 países. El Secretario General de las Naciones
Unidas es el depositario del Convenio.
Eliminación de obstáculos a la instalación de equipos de telecomunicaciones
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UIT/P. Kuivanen |
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Centro de Conferencias de Tampere, donde se firmó el Convenio |
En muchos países, la legislación sigue entorpeciendo —y, en el peor de los
casos, prohibiendo— la llegada e instalación oportunas de equipos de
telecomunicaciones en los lugares siniestrados. Las leyes restrictivas aplicadas
a la importación pueden obstruir la tarea de los aduaneros locales, de modo que
los organismos humanitarios pueden encontrarse en situaciones difíciles y sin
tan siquiera acceso a las comunicaciones básicas durante las operaciones de
búsqueda y socorro.
El Convenio de Tampere tiene por objeto impulsar la utilización de
tecnologías de la información y la comunicación (TIC) entre los equipos de
emergencia, para lo que es preciso abstenerse temporalmente de aplicar la
legislación nacional relativa a la importación, la concesión de licencias y la
utilización de equipos de comunicaciones. También garantiza la inmunidad
jurídica del personal de apoyo que emplea TIC de emergencia en casos de
catástrofe.
El Convenio prevé una mejora de la preparación en casos de catástrofe
mediante la creación de un mecanismo de intercambio de información y prácticas
óptimas. Además, establece un marco claro de cooperación internacional dirigido
por la UIT por mediación de coordinadores nacionales.
Transcurridos prácticamente 10 años, el Convenio de Tampere se ha convertido
en el pilar mundial que permite instalar TIC eficazmente en las operaciones de
socorro en caso de emergencia. La Oficina de las Naciones Unidas para la
Coordinación de los Asuntos Humanitarios (OCHA), que actúa en calidad de
coordinador mundial de las operaciones en relación con el Convenio, ha observado
que ya se han logrado importantes mejoras en el ámbito de la preparación en
casos de catástrofe y que muchos países han forjado activamente alianzas para
responder ante situaciones de emergencia.
Se precisa más dedicación
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Si bien las telecomunicaciones permiten salvar vidas inmediatamente después
de producirse las catástrofes, los obstáculos reglamentarios pueden dificultar
el uso de los equipos necesarios. La UIT, que impulsó la elaboración y promoción
del Convenio de Tampere, insta a que los Estados levanten los obstáculos
reglamentarios que impiden utilizar las TIC, entre los que cabe señalar los
requisitos para la obtención de licencias de utilización de frecuencias y las
restricciones a la importación de equipos y al movimiento de personal
humanitario. |
Sin embargo, los expertos coinciden en que resulta apremiante desarrollar más
actividades para hacer el mejor uso posible del enorme potencial de las TIC. Uno
de los ámbitos de mayor importancia es el de las radiocomunicaciones. "Para
acelerar el proceso de autorización de la instalación de equipos de
radiocomunicaciones en casos de emergencia, estamos alentando a las autoridades
nacionales a que elaboren normas con anticipación, a fin de facilitar al
personal visitante el uso de equipos de este tipo", afirmó Fabio Leite,
Vicedirector de la Oficina de Radiocomunicaciones de la UIT. "También instamos a
los fabricantes a que sus equipos inalámbricos y radioeléctricos sean conformes
con las Recomendaciones de la UIT, para evitar toda posibilidad de causar
interferencia perjudicial a otros servicios de los países donde se instalen
dichos equipos", añadió.
La reforma reglamentaria es otro ámbito que requiere atención. "Uno de los
motivos por los que el Convenio de Tampere aún no ha sido ratificado por más
Estados es que los países con escasez de recursos carecen de los conocimientos
técnicos necesarios para determinar cómo incide el Convenio en las
responsabilidades, los derechos nacionales y las leyes vigentes", observó el
Sami Al Basheer Al Morshid, Director de la Oficina de Desarrollo de las
Telecomunicaciones de la UIT. A fin de animar a los países a ratificar el
Convenio, los participantes en la Conferencia Mundial de Desarrollo de las
Telecomunicaciones que se celebró en Doha en marzo de 2006 adoptaron una
decisión (Resolución 34) que obligará a la UIT a ayudar más activamente a las
administraciones en su proceso de aplicación del Convenio de Tampere.
La Resolución 34 trata sobre la función de las telecomunicaciones y las TIC
"en los sistemas de alerta temprana y disminución de los efectos de las
catástrofes y la asistencia humanitaria". En noviembre de 2006, la Conferencia
de Plenipotenciarios de la UIT celebrada en Antalya tomó otra decisión
importante al respecto. En su Resolución 36 invita a los Estados Miembros "a
tomar con carácter prioritario las disposiciones necesarias para adherirse al
Convenio de Tampere". También insta a los Estados Miembros partes del Convenio
de Tampere a que adopten todas las disposiciones prácticas necesarias para
aplicar el Convenio y colaboren estrechamente con el Coordinador de las
operaciones, según lo previsto en la Resolución 34 (Doha 2006).
La experiencia práctica adquirida tras el tsunami ocurrido en el Océano
Índico en 2004 mostró que también puede ser necesario brindar apoyo continuo a
los países que han ratificado el Convenio. "En muchos países, pese a haber
ratificado el Convenio, la importación y utilización de equipos de
telecomunicaciones sigue planteando problemas", dijo Chérif Ghaly, Presidente
del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Telecomunicaciones en
Situaciones de Emergencia (WGET). "Es evidente que debemos redoblar esfuerzos
para asegurarnos de que los Estados conocen perfectamente la función que
desempeñan, sus responsabilidades y las disposiciones del Convenio".
Pese a todo, se han logrado progresos importantes desde la firma del
Convenio. Se han forjado sólidas alianzas destinadas a responder en caso de
emergencia, mucho antes de que ocurran catástrofes. "Ya podemos recurrir a
acuerdos claros de reserva, equipos básicos de telecomunicaciones de reserva y
listas internacionales de recursos disponibles" dijo el Sr. Ghaly. "Desde que se
firmó el Convenio de Tampere, disponemos de muchos más instrumentos para reducir
los efectos de las catástrofes naturales. Debemos sacar provecho de estas
ventajas creando sistemas de alerta temprana, adoptando sistemas de información
compartida, como el Protocolo de Alerta Común, e implantando tecnologías mejor
adaptadas para responder a las catástrofes, como tecnologías geoespaciales e
imágenes y comunicaciones por satélite".
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