Jack Horst
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Liberalización de las pasarelas internacionales
El caso de Singapur
Según la definición de la UIT, una pasarela internacional
es una instalación a través de la cual se pueden enviar comunicaciones electrónicas
(voz, datos y vídeo) entre las redes nacionales de dos países. En la práctica, las
pasarelas proporcionan enlaces hacia un sistema de cable internacional (a menudo
submarino) o un satélite a través de una estación terrena. Estas estaciones, ya
sean terrenales o espaciales, tienen por objeto agrupar y distribuir tráfico de
voz y datos internacional entrante y saliente.
Las pasarelas internacionales permiten realizar conexiones,
pero también pueden provocar embotellamientos que limitan el tráfico y, por lo tanto,
pueden provocar subidas de precios artificiales. Para evitar esta situación se necesitan
marcos normativos que introduzcan nuevos modelos de compartición y coubicación,
y que fomenten la competencia reduciendo los obstáculos a la entrada de nuevos actores
en el mercado.
En Singapur, estos marcos se introdujeron entre 2000 y 2004,
y la situación en el país es un ejemplo de cómo liberalizar pasarelas internacionales
y garantizar capacidad de banda ancha por precios inferiores. De este modo se mejora
la comunicación general entre los países y también se fomenta el acceso Internet
de banda ancha que fundamenta la sociedad mundial de la información.
Reglamentación de la competencia
Tradicionalmente, las transmisiones de voz y datos por cable
submarino se consideraban un monopolio natural de los operadores establecidos, dados
los elevados costes de las inversiones en infraestructura y su mantenimiento. En
Singapur, la decisión de introducir la competencia en los mercados de telecomunicaciones
locales e internacionales estuvo influenciada por dos factores principales. En primer
lugar, los avances tecnológicos habían reducido notablemente el coste de la infraestructura
y ya no era válido el argumento del monopolio natural. En segundo lugar, un proveedor
monopolístico no tendría incentivos suficientes para atender a la demanda cada vez
más diversificada de servicios que ayudarían a Singapur a alcanzar su objetivo de
convertirse en eje mundial de economía y comunicaciones. La liberalización era,
pues, necesaria para permitir la competencia, aumentar la oferta para los consumidores
y estimular una mayor eficacia del mercado.
El regulador de Singapur es la
Infocomm Development Authority (IDA),
que también es responsable del desarrollo y crecimiento del sector de las TIC. En
2000, la IDA liberalizó completamente las telecomunicaciones en Singapur y creó
el Code of Practice for Competition in the
Provision of Telecommunication Services, en el cual se estableció un marco
normativo claro para fomentar la competencia. La IDA también definió un método de
consulta para crear políticas y reglamentaciones, y para aplicarlo a las pasarelas
internacionales, la primera etapa consistió en determinar claramente los objetivos
que debía alcanzar la liberalización y que consistían en crear en Singapur un mercado
internacional muy dinámico con numerosos actores, aumentar notablemente la capacidad
de banda ancha internacional de Singapur y garantizar una notable disminución del
coste de las comunicaciones internacionales.
Acuerdos de interconexión
La siguiente medida que adoptó la IDA consistió en exigir
que el titular de la licencia dominante proporcionase una oferta de interconexión
de referencia (RIO, reference interconnection
offer) a sus competidores. Se trata de un modelo de contrato de interconexión
que facilita un acceso rápido y abarca diversos temas tales como la interconexión
nacional, los elementos de red desagregados, la coubicación y la compartición de
infraestructuras. La RIO es importante porque fija (de manera transparente y no
discriminatoria) precios, términos y condiciones aprobados por el regulador para
que otros operadores puedan interconectarse, coubicar y acceder a la estación de
aterraje de cable submarino del titular de la licencia dominante. En Singapur, la
RIO se ha convertido en el instrumento fundamental para garantizar acuerdos de interconexión
razonables y rápidos y acelerar así la aparición de nuevos actores en el mercado
y promover una competencia efectiva y sostenible.
Coubicación en las estaciones de aterraje
Un componente esencial de la plena liberalización de las
telecomunicaciones internacionales consiste en fomentar el aterraje de múltiples
sistemas de cable submarinos. Singapur tiene dos operadores que suman cuatro estaciones
de aterraje de cable submarino. En la práctica, la mayoría de los cables aterran
en Singapur en la estación de aterraje del titular de la licencia dominante. Los
competidores suelen estar obligados a acceder a esa estación para conectar su propia
capacidad de cable submarino y conectar esa capacidad a sus propias centrales.
La solución de la IDA consistió en obligar al operador dominante
a arrendar espacio a sus competidores en su estación de aterraje, por precios basados
en los costes. Este sistema se llama "coubicación" y adquirió carácter obligatorio
en el acuerdo de interconexión del titular de la licencia dominante que fue aprobado
en 2001. De este modo, los operadores que proporcionaban servicios internacionales
obtuvieron un acceso directo y más eficaz a los cables submarinos. También apareció
la competencia en el mercado de los servicios de retroceso y bajaron los precios.
Servicio de conexión — Otro embotellamiento
En una estación de aterraje de cable submarino, los operadores
deben conectar sus redes nacionales al sistema de cable submarino. Para que los
operadores que han coubicado su equipo en la estación de aterraje puedan hacerlo,
el titular de la licencia dominante debe proporcionar servicios de conexión. Cuando
la IDA exigió la coubicación en 2000, dejó que el titular de la licencia dominante
y sus competidores negociaran comercialmente los servicios de conexión.
Esta decisión se estudió de nuevo cuando quedó claro que
los servicios de conexión en Singapur eran mucho más onerosos que en otros países
y que podían provocar un embotellamiento del tráfico internacional. En 2002, la
IDA hizo obligatorios los servicios de conexión y exigió que el titular de la licencia
dominante los proporcionara a precios basados en los costes. Desde entonces, los
precios de los servicios de conexión han disminuido más de 90%.
Acceso a todos los cables
Antes de 2004, un operador podía acceder a la capacidad
internacional que poseía en un sistema de cable submarino a través de una estación
de aterraje, pero no podía acceder a la capacidad que no poseía en otros cables
que aterraban en la misma estación y tampoco podía obtener acceso en nombre de un
tercero que poseía capacidad en esos otros cables, pero carecía de la infraestructura
de retroceso necesaria para la conexión entre la estación de aterraje y sus centrales.
Estas restricciones se consideraron cada vez más inapropiadas
en el mercado moderno. En 2004, la IDA cambió la reglamentación de modo que los
operadores pudieran acceder a la capacidad que poseían (o arrendaban a largo plazo)
en cualquier cable submarino en una estación de aterraje. Los operadores también
pueden acceder a capacidad poseída o arrendada por terceros, a fin de ofrecerles
servicios de retroceso y tránsito.
Consecuencias para el mercado
![](/itunews/images/2009/01/26-ph02.jpg)
Stephane Tougard
En Singapur,
los precios de la marcación directa internacional han disminuido más del
90% desde 2000
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Frente a la desaparición de su monopolio en el mercado de
Singapur, el titular de la licencia dominante tuvo que adoptar una nueva estrategia
comercial. Modernizó y mejoró su eficacia operacional, lo que le permitió reducir
las tarifas y mejorar los servicios ofrecidos a las empresas y los clientes al por
menor. Los ingresos globales del titular de la licencia dominante son ahora tres
veces más elevados que antes de la liberalización.
Con las pasarelas internacionales abiertas a la competencia,
más actores entraron en el mercado. Los precios de la marcación directa internacional
han disminuido más de 90% desde 2000 y los de los circuitos internacionales privados
arrendados más de 95%. En octubre de 2007 (según cifras de la IDA) Singapur tenía
una capacidad total de cable submarino de 28 Tbit/s y una conectividad Internet
internacional directa de 25 Gbit/s, lo que convierte al país en un gran eje de comunicaciones
de la región y del mundo.
Figura 1 — Esquema
de un sistema de cable submarino
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Un sistema de cable
submarino tiene cuatro porciones principales: el lado húmedo (submarino);
el registro en la costa (donde el cable emerge del mar); el retroceso y
la estación de aterraje de cable submarino. El retroceso se refiere a los
circuitos de alta capacidad que conectan una estación de aterraje con otro
punto de terminación (como la central de un operador) en el mismo país.
A partir de ese punto, la voz o los datos se pueden distribuir por una red
a circuitos de menor capacidad. Los operadores que han construido instalaciones
de retroceso hasta la estación de aterraje reciben licencias de "operadores
con instalaciones". Una estación de aterraje contiene todo el equipo terminal
que toma las señales ópticas del cable y las pasa a un sistema terrenal.
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Ventanilla administrativa única
Esta liberalización, y también el trabajo llevado a cabo
por la IDA para facilitar el aterraje de cables submarinos en Singapur, han facilitado
este aumento de la capacidad. Para obtener los permisos correspondientes se ha de
acceder a varios recursos controlados por el gobierno. Los operadores suelen tener
que solicitar la aprobación de las autoridades portuarias, las autoridades de los
servicios públicos, los organismos catastrales, etc. En Singapur, el "lado húmedo",
o acceso marítimo, depende de las autoridades marítimas y portuarias de Singapur,
mientras que la parte terrestre depende de varios organismos dirigidos por la Autoridad
de Redesarrollo Urbano y la Autoridad Catastral de Singapur.
Cuando el titular de una licencia desea aterrar un cable
en Singapur, la IDA le facilita las gestiones haciendo de "ventanilla única", y
se pone en contacto con todos los organismos públicos necesarios. El titular de
la licencia se deja guiar por todas las etapas necesarias para aterrar el cable
y de este modo se limitan las complicaciones administrativas y el tiempo necesario.
Dificultades y lecciones
Habida cuenta de que Singapur es un pequeño Estado insular
de unos 4,8 millones de habitantes, tuvo que atreverse a formular un marco muy eficaz
para gestionar la competencia en las pasarelas internacionales. Los planes para
lograr la plena liberalización se adelantaron a 2000 (la fecha original prevista
era 2007), pero en esa época, Singapur no disponía de una legislación general que
rigiera la competencia ni del correspondiente historial. La IDA necesitaba urgentemente
reglas para incitar a nuevos actores a entrar en el sector, y debía aprender de
prácticas idóneas en otros países. Además, como organismo de desarrollo también
era responsable de que los reglamentos tuvieran en cuenta objetivos de desarrollo.
Según Muhammad Hanafiah Abdul Rashid, Director (Internacional)
de IDA, la experiencia de Singapur en la liberalización de sus pasarelas internacionales
ha sido un largo proceso de aprendizaje. "Al principio, la competencia necesita
ayuda del regulador... y éste debe sacar a la luz y tratar rápida y eficazmente
los numerosos embotellamientos potenciales", declaró ante el
8.º Simposio Mundial para Organismos Reguladores
de la UIT en marzo de 2008 en Tailandia. Es fundamental consultar a las empresas,
añadió, como consta en el método normativo adoptado por Singapur, que "ayuda a localizar
rápidamente los problemas y reducirlos al mínimo". Dados los numerosos problemas
que pueden plantearse, al planificar la liberalización es importantísimo tener objetivos
de política claros, firmes principios normativos, y disponer de un método de consulta
que garantice que las reglamentaciones se elaboran y aplican de manera coherente
y óptima.
Muchos países ya disponen de los instrumentos necesarios
para exigir acuerdos de interconexión y coubicación, y tratar los embotellamientos
que puedan producirse en las pasarelas internacionales, pero es importante señalar
que como las condiciones socioeconómicas y los objetivos económicos nacionales de
los países son diferentes, no existe un modelo preciso de reglamentación. No obstante,
la experiencia de Singapur es un ejemplo muy útil.
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