Actualidades de la UIT se
complace en presentar este nuevo suplemento de cuatro páginas llamado Tendencias
de Política y Estrategia. Se trata del primero de una serie que se
publicará periódicamente en las páginas centrales de Actualidades de la
UIT. Tendencias de Política y Estrategia está preparado por la Unidad
de Estrategias y Política (SPU) de la UIT. Este primer suplemento se ha
realizado en colaboración con la Oficina de Desarrollo de las
Telecomunicaciones (BDT) de la UIT y en él se da una visión de conjunto del
nuevo Informe sobre el Desarrollo Mundial de las Telecomunicaciones: Reinvención
de las telecomunicaciones (www.itu.int/ITU-D/ict), que se publicó en la Conferencia Mundial de Desarrollo de las
Telecomunicaciones celebrada en Estambul en marzo de 2002. |
Reinvención de las telecomunicaciones
El nuevo mundo de las telecomunicaciones: una nueva encrucijada
A principios de 2002, más de la mitad de los países del mundo habían privatizado total o parcialmente sus operadores
establecidos de telecomunicaciones (véase la figura 1). Aunque la competencia se ha generalizado, la mayoría de los países siguen conservando el monopolio de los servicios de línea fija, como las llamadas locales y las de larga distancia. Sin embargo, una mayoría abrumadora de países permite actualmente la competencia en los segmentos de la telefonía móvil y de Internet, que están sustituyendo progresivamente a la telefonía de voz de línea fija.
Telefonía
móvil: un mayor acceso a las comunicaciones
Con casi mil millones de abonados a finales de 2001, la telefonía móvil está a punto de sustituir a las líneas
fijas a principios de 2002 como red con más usuarios (véase la figura 2). A finales de 2001, más del 90% de los países contaban con una red de telefonía móvil, casi uno de cada seis habitantes del mundo tenía un teléfono móvil y casi 100 países tenían más abonados a teléfonos móviles que a fijos (véase la figura 3). La
telefonía móvil ha aumentado
considerablemente las posibilidades de acceso a las comunicaciones. En los países en desarrollo y, en particular, en los países menos adelantados (PMA), la telefonía móvil está acelerando espectacularmente el acceso al teléfono.
La revolución de la telefonía móvil en los países en desarrollo se puede explicar fácilmente si se tiene en cuenta la facilidad de instalación de las redes móviles. Otro elemento fundamental es la disponibilidad de las tarjetas de pago previo. Entre las poblaciones que no reúnen los requisitos financieros para disponer de servicios de abono, el pago previo puede hacer llegar la comunicación a las masas.
Incluso en los países desarrollados la telefonía móvil está sustituyendo paulatinamente a la fija, principalmente en el segmento de la población de ingresos más bajos. De esta tendencia se desprende que la telefonía móvil, más que la fija, es la clave para alcanzar las metas de acceso universal y otros objetivos de política social.
La nueva brecha digital
En 1991, la penetración telefónica total (teléfonos de línea fija más teléfonos móviles) era de 49% en los países
desarrollados, 3,3 en los países emergentes y apenas 0,3 en los PMA. Un decenio más tarde, los niveles correspondientes eran de 121,1, 18,7 y 1,1. No obstante, aunque la proporción entre los países desarrollados y los emergentes se ha
reducido a la mitad, ha aumentado entre los países emergentes y los PMA (véase la figura 4). La nueva brecha digital queda reflejada en el desequilibrio creciente entre esos países y los PMA, en particular en cuanto al acceso a
Internet (véase “Mejorar la conectividad basada en IP” en los PMA en la página 4).
  Nota:
La densidad telefónica total es la suma de los usuarios
de líneas fijas y móviles per cada 100 habitantes. En la clasificación se
incluyeron unas 193 economías. Fuente:
ITU World Telecommunication Indicators Database. |
Resulta más difícil medir la nueva brecha digital porque no se trata únicamente del acceso a Internet, sino también de la calidad de ese acceso. Por ejemplo, la anchura de banda internacional de Internet (o la conectividad basada en IP), que es un factor determinante del tiempo de respuesta, constituye un buen parámetro para medir la experiencia de los
usuarios con Internet. Los 400 000 ciudadanos de Luxemburgo hacen uso de más anchura de banda internacional de Internet que los 760 millones de habitantes de África. La realidad es que el acceso a Internet a alta velocidad (banda ancha),
que se ha puesto de moda en muchos países desarrollados, aún no está al alcance de la mayoría de los países en desarrollo. La nueva brecha digital es cuestión de calidad, no sólo de cantidad.
No obstante, de poco sirve Internet cuando las personas desconocen hasta qué punto el acceso a la información electrónica puede mejorar sus vidas, o no saben cómo utilizar los equipos. Por consiguiente, la formación y un contenido pertinente a nivel local serán factores esenciales para reducir la brecha. Además, no se han realizado muchas investigaciones ni se dispone de ejemplos convincentes sobre el modo en que las TIC pueden transformar el proceso de desarrollo. Para conseguir soluciones eficaces será necesario un pacto tripartito entre los gobiernos, los organismos de desarrollo y el sector privado.
La receta de la reforma: privatización, competencia y reglamentación independiente
Aunque se han seguido muchas recetas de la reforma, la mayoría de los países han introducido tres ingredientes
básicos en sus programas de reforma: la participación del sector privado, la competencia en el mercado y la creación de un órgano independiente de reglamentación. En el cuadro 1 se muestran las economías que experimentaron los mayores cambios (ascendentes o descendentes) en la clasificación correspondiente a la densidad telefónica total (suma de usuarios de líneas fijas y de teléfonos móviles por cada 100 habitantes) entre 1990 y 2000. Entre las que consiguieron mejorar su situación se cuentan muchas economías que iniciaron las reformas a principios del decenio, como Chile, Hungría y Filipinas, así como varias que las iniciaron más recientemente, como Botswana o Marruecos. Los casos más destacados son los de China y Viet Nam, que adoptaron una estrategia de fomento de la competencia entre los distintos ministerios gubernamentales y de inversión del sector privado en los sectores de telefonía móvil. Cuando un gobierno se compromete realmente a invertir en telecomunicaciones, puede provocar grandes cambios con relativa rapidez.
En 2000 los ingresos de la industria en concepto de servicios estaban valorados en casi un billón USD, pero la aceleración de los índices de crecimiento de las telecomunicaciones cambió rápidamente en 2001, en particular en segmentos clave de mercado como la telefonía móvil e Internet. Los precios de las acciones cayeron vertiginosamente y los beneficios previstos se convirtieron en pérdidas para muchos de los nuevos participantes en el mercado. El sector quedó desequilibrado y preguntándose qué había fallado.
Aunque el diagnóstico más reciente es pesimista, el espectacular crecimiento de finales de los 90 debe considerarse en un contexto histórico, como un ciclo de cambios que sólo se produce cada 50 años aproximadamente (véase la figura 5). Fue fruto de la confluencia de rápidos cambios tecnológicos con un cambio de las expectativas de mercado, asociadas en este caso con la sustitución de las redes de línea fija por las móviles, un tráfico de datos superior al de voz y una reforma generalizada del sector.
El temporal de destrucción creativa que afecta actualmente a la industria será causa de amargura para algunos, pero traerá consigo nuevas oportunidades para muchos más. Ante todo, para los usuarios de las telecomunicaciones, que pronto serán la mayoría de la humanidad, amanece una nueva era en la que la escasez está siendo sustituida por la abundancia y la omnipresencia. ¡Eso es la reinvención de las telecomunicaciones!

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