El IPv6 y la brecha digital

En Japón, país que fue el primero en lanzar un sistema IMT-2000, se ha
llegado a más de 40 millones de usuarios en apenas dos años de desarrollo de
los sistemas precursores de acceso móvil a Internet
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Existen grandes expectativas de que el
IPv6 pueda contribuir a colmar la brecha digital entre el mundo desarrollado
(especialmente Estados Unidos, donde la oferta de espacio de direcciones IPv4 ya
era adecuada en los primeros años de Internet) y las naciones que empiezan a
acceder a Internet en Europa Oriental, África, América Latina y Asia, siempre
y cuando se atribuyan direcciones IPv6 con arreglo a principios
internacionalmente convenidos que garanticen una asignación equitativa. La UIT
y, especialmente, su Sector de Normalización de las Telecomunicaciones, pueden
contribuir a la preparación de tales principios. Si se reúnen estos
requisitos, el IPv6 dará probablemente a todos la posibilidad de desarrollar y
desplegar las aplicaciones del protocolo Internet y permitirá ofrecer las
direcciones IP en todo el mundo en lugar de asignarlas sólo a una minoría de
privilegiados.
Aunque colmar la brecha digital es en
nuestros días un objetivo mundial, la tecnología sigue difundiéndose de
manera poco equitativa. En efecto, existen grandes diferencias entre los países
y resulta paradójico que la población mundial no pueda acceder a las ventajas
económicas y educativas de Internet, siendo así que en principio es una red de
redes mundial. Sólo el 8% de la población mundial tiene acceso a Internet, en
comparación con el 20% que puede utilizar el sistema telefónico.

(UIT 000062)
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Entre las tecnologías abordables más
adecuadas para los países en desarrollo, figuran las baterías solares
recargables, que permitirían emplear teléfonos móviles incluso en zonas sin
líneas eléctricas. Internet podría lograr un nivel de penetración mucho
mayor, gracias a las tecnologías de acceso inalámbrico, que es posible
desplegar más rápidamente en cualquier zona, ya que no requieren un
considerable tendido de cables y pueden “dar alas a Internet“ debido a su
movilidad.
En Japón, país que fue el primero en
lanzar un sistema IMT-2000, se ha llegado a más de 40 millones de usuarios en
apenas dos años de desarrollo de los sistemas precursores de acceso móvil a
Internet (por ejemplo, i-mode,
J-SkyWeb y EZWeb). Si a esto se añade el IPv6, el mundo en
desarrollo podrá contar con acceso inmediato no sólo a Internet, sino también
a la siguiente generación de aplicaciones que está en curso de desarrollo. Si
se fracasa en el intento de proporcionar acceso a la tecnología digital a los
países en desarrollo, les negaremos en gran medida la posibilidad de participar
en la nueva economía del siglo XXI.
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