A medida que las competencias digitales avanzadas van adquiriendo importancia para el empleo, algunos expertos prevén el advenimiento de una “brecha de talento” entre los trabajadores que poseen competencias digitales avanzadas y los que carecen de ellas. La creciente necesidad de trabajadores cualificados en TIC se ve agravada por desigualdades socioeconómicas tales como la falta de acceso a Internet de muchos hogares.
Antes de la pandemia, ya existían brechas de competencias digitales tanto en los países desarrollados como en las economías en vías de desarrollo, incluidas diferencias en términos de niveles salariales y oportunidades laborales para los trabajadores dotados de competencias básicas, intermedias o avanzadas. Las transiciones ecológica y digital podrían crear unos 60 millones de puestos de trabajo nuevos a escala mundial en los próximos cinco años, de los cuales un millón surgiría en la UE de aquí a finales de esta década (Comisión Europea, 2020).
La encuesta Closing the Digital Skills Gap de la Organización de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APEC) reveló que el 75% de los encuestados, entre los que se encontraban empresarios, funcionarios públicos y académicos, señalaba la existencia de un importante desajuste en materia de competencias, mientras que más de la mitad afirmaba que los organismos gubernamentales tenían un escaso conocimiento del panorama de competencias digitales.
Según los datos de la UIT, se estima que el 37% de la población mundial seguirá sin utilizar Internet a finales de 2021. En los países en desarrollo, alrededor del 43% de la población sigue careciendo de conexión, porcentaje que se eleva al 73% en los 42 países menos adelantados (PMA) del mundo. Estos datos contrastan fuertemente con los de las economías y sociedades altamente digitalizadas que se observan en los países de ingresos medios y altos.
Más de dos tercios de los niños y niñas en edad escolar del mundo, esto es de entre 3 y 17 años (1 300 millones de niños), y el 63% de los jóvenes de entre 15 y 24 años (unos 760 millones de jóvenes) carecen de acceso a Internet en casa, según el informe conjunto de UNICEF y la UIT sobre la proporción de niños y jóvenes que gozan de acceso a Internet en casa. En todo el mundo, 2 200 millones de niños y jóvenes de 25 años o menos carecen de acceso a Internet en casa. En los PMA, sólo el 22% de los hogares tiene acceso a Internet, frente al 86% de los hogares de los países desarrollados.
Uno de los principales obstáculos a la adopción de Internet estriba en que las personas carecen de las capacidades y las competencias necesarias para aprovechar al máximo las plataformas y los recursos en línea. La brecha digital refleja otras brechas existentes en materia de competencias y educación entre las poblaciones. En general, los grupos más marginados, incluidas las mujeres y las niñas, tienen menos estudios y menos competencias. En muchos países de bajos ingresos, los niveles de formación son bajos, lo que se traduce en menos competencias en lectoescritura e idiomas. La brecha de utilización -es decir, la disparidad entre el número de personas que tienen acceso a Internet y el número de personas que utilizan este recurso- es mayor en los PMA.
La brecha en materia de capacidades digitales también se manifiesta como una brecha de género. La brecha de género entre los usuarios de Internet es mayor en los países de bajos ingresos y en los menos adelantados. En esos países, las niñas y las mujeres suelen tener menos formación o quedar incluso relegadas al analfabetismo digital.