Las redes 5G desplegadas ofrecen más velocidad y más capacidad para las comunicaciones masivas de máquina a máquina y la prestación de servicios de baja latencia (retardo) y alta fiabilidad para aplicaciones en las que el tiempo es un factor crítico. Las numerosas redes comerciales existentes han demostrado una elevada calidad de funcionamiento en diferentes contextos, tales como zonas urbanas densas y puntos de acceso en interiores.
Con estos ambiciosos objetivos, las redes 5G se enfrentan a retos considerables. El aumento de la capacidad y de las velocidades de datos de la 5G requiere más espectro y tecnologías capaces de utilizar este recurso de una forma mucho más eficiente, excediendo así los requisitos de los sistemas 3G y 4G.
Parte de este espectro adicional procederá de bandas de frecuencias por encima de 24 GHz, lo que plantea retos considerables. El primero se refiere a las características de propagación intrínsecas de esta parte del espectro (a saber, las ondas milimétricas). Estas ondas radioeléctricas se propagan a distancias mucho más cortas que las de las bandas de frecuencias medias (entre 1-6 GHz) y bajas (por debajo de 1 GHz).
Por tanto, la cobertura de una zona determinada requerirá un número mucho mayor de estaciones base, lo que aumentará la complejidad de la infraestructura, incluida la necesidad de desplegar equipos radioeléctricos en instalaciones callejeras como semáforos, farolas, postes de luz, postes de electricidad y fuentes de suministro eléctrico.
Otro de los desafíos se refiere a los enlaces de conexión 5G entre las
estaciones base y la red medular (retroceso), que se basan en tecnologías tanto
de fibra como inalámbricas. Se requiere un trabajo considerable para
implementar servicios de fibra y asegurar la disponibilidad de soluciones de
retroceso inalámbricas con capacidad suficiente, como los enlaces de microondas
y por satélite, y posiblemente con sistemas de estaciones en plataformas a gran altitud (HAPS) allí donde estén desplegados.
Por otra parte, el espectro es un recurso escaso y muy valioso, objeto de una
intensa – y creciente – competencia en los planos nacional, regional e
internacional. Dado que el espectro radioeléctrico se divide en bandas de
frecuencias atribuidas a diferentes servicios de radiocomunicaciones, estas
bandas sólo deben ser utilizadas por los servicios a los que están atribuidas y que cumplan las condiciones técnicas establecidas, a saber, que puedan coexistir sin crear
interferencia perjudicial a los servicios adyacentes.
En los estudios del UIT-R se examinan la compartición y la compatibilidad de los servicios móviles
con otros servicios de radiocomunicaciones existentes, en particular los servicios utilizados para las
comunicaciones por satélite, las previsiones meteorológicas, el seguimiento de
la evolución de los recursos terrestres y el cambio climático, y la
radioastronomía.
Es preciso adoptar y aplicar regulaciones nacionales e internacionales a escala mundial, a fin de evitar la interferencia entre las tecnologías 5G y estos servicios, crear un ecosistema móvil viable para el futuro y, al mismo tiempo, fomentar la reducción de precios mediante economías de escala del mercado mundial y hacer posibles la interoperabilidad y la itinerancia.
De ahí la importancia de identificar el espectro que utilizará la 5G y armonizarlo en los planos mundial y regional. Por motivos similares, las tecnologías radioeléctricas integradas en los dispositivos 5G deben contar con el apoyo de normas armonizadas a nivel mundial.