Resumen

En todo el mundo, las tecnologías de las redes de acceso de banda ancha avanzan a un ritmo acelerado. Entre esos adelantos, la tecnología que aplica fibras monomodo representa un medio de transmisión de gran capacidad que puede responder a la creciente demanda de servicios de banda ancha.

Se ha adquirido una vasta experiencia con la instalación y el funcionamiento de redes basadas en cables y fibras monomodo, y en la Recomendación UIT‑T G.652 se describen sus características sobre la base de dicha experiencia. No obstante, la utilización específica de fibras y cables en una red óptica de acceso supone distintas exigencias que afectan su calidad de funcionamiento óptima. Las diferencias en comparación con su uso en la red de transporte general obedecen principalmente a la alta densidad de distribución y cables de derivación en la red de acceso. A causa de las limitaciones de espacio y las numerosas manipulaciones, la fibra debe ser fácil de manipular y poco sensible a la flexión. Además, es necesario mejorar el cableado puesto que las oficinas de telecomunicaciones suelen estar atestadas y por ende el espacio es un factor limitante.

La finalidad de esta Recomendación es promover esa optimización recomendando a tales efectos cables y fibras con un comportamiento muy mejorado ante las flexiones en comparación con los cables y fibras monomodo G.652. Ello se logra introduciendo dos clases de fibras monomodo: una de clase A, en total conformidad con las fibras monomodo G.652 y que también puede utilizarse en otras partes de la red, y otra de clase B, que no está necesariamente conforme con G.652 pero que puede acusar menores pérdidas por macroflexión a unos radios de flexión muy bajos y está concebida principalmente para su utilización dentro de edificios.