El nuevo mundo feliz de las tecnologías inteligentes
En los albores de la revolución de Internet, a los
usuarios les sorprendía enormemente la posibilidad de ponerse en contacto con
personas y fuentes de información a través de los océanos y las zonas horarias
con unas pocas pulsaciones de su ratón. No obstante, para poder hacerlo éstos
debían sentarse frente a un dispositivo electrónico conectado a una red mundial.
Hoy en día los usuarios también pueden utilizar teléfonos móviles y computadores
portátiles. El próximo paso lógico de esta revolución tecnológica será la
conexión con objetos inanimados. Ésta es la visión subyacente de la "Internet de
las Cosas", concepto que también servirá como tema para un flamante informe de
la UIT que se divulgará en la próxima Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la
Información.
La utilización de rótulos electrónicos (tales como la
identificación por frecuencias radioeléctricas RFID) y sensores permitirá
ampliar el alcance de las comunicaciones y supervisar las posibilidades de la
red de redes, al igual que la introducción de potencia informática en artículos
de uso diario tales como afeitadoras, zapatos y embalajes. Los avances de la
nanotecnología la manipulación de la materia a nivel molecular servirá para
acelerar aún más estos adelantos.
El difunto Mark Weiser, en una época Jefe de
Científicos en el Centro de Investigación XEROX de Palo Alto, señaló una vez que
"las tecnologías más profundas son las que desaparecen. Éstas se entretejen a sí
mismas en la fábrica de la vida diaria hasta que resultan indistinguibles de la
misma". En otras palabras, en el mundo de mañana irá desapareciendo lentamente
la informática a través de dispositivos especializados, mientras que las
capacidades de procesamiento de la información comenzarán a invadir nuestro
entorno. Gracias a los beneficios que aporta la capacidad de procesamiento de la
información integrada, los productos industriales asimilarán capacidades
inteligentes. Éstos también podrían adoptar identidades electrónicas que se
podrían consultar a distancia, o bien serán equipados con sensores para detectar
los cambios físicos a su alrededor. Estos adelantos transformarán a los objetos
meramente estáticos de hoy en objetos dinámicos, que incorporarán la
inteligencia de nuestro entorno y estimularán la creación de productos
innovadores y de nuevas oportunidades comerciales. La Internet de las Cosas
permitirá establecer formas de colaboración y comunicación entre las personas y
las cosas, y entre las cosas entre sí, a un nivel hasta entonces desconocido e
inimaginado.
RFID – el primer paso hacia la "Internet de las Cosas"
Ya se está difuminando la frontera entre la ciencia
ficción y la realidad. Aunque los consumidores no siempre son conscientes de
ello, muchos ya se están beneficiando de los efectos de las microplaquetas de
identificación por frecuencias radioeléctricas: en las autopistas con peaje, en
oficinas, zonas de aparcamiento y bibliotecas.
Desde acontecimientos deportivos hasta compras al por
menor, estos minúsculos rótulos del tamaño de un grano de arena se están
difundiendo cada vez más como un medio para evaluar los niveles de existencias o
los flujos demográficos.
También se están considerando para aplicaciones de
biomedicina rótulos que contienen información sobre la identidad y que pueden
implantarse o inyectarse en el cuerpo de animales y, tal vez un día, también de
seres humanos.
Entretanto, las empresas farmacéuticas utilizan los
rótulos RFID en embalajes para luchar contra la falsificación y el robo de
medicinas, mientras que los operadores de teléfonos móviles aprovechan las
capacidades de sensibilidad al emplazamiento que ofrece esta tecnología para
desarrollar nuevos servicios de información y pago que resultan atractivos a sus
clientes.
En marcha
Algunas de las primeras aplicaciones de la RFID que
están adquiriendo impulso son las relacionadas con el transporte público, la
recolección de peaje y las tarjetas de pago sin contacto. En un principio la
tecnología RFID se desplegó para percibir las tasas en las autopistas con peaje
como parte de los sistemas electrónicos de gestión de tasas. Por lo general
estos sistemas utilizan tarjetas inteligentes sin contacto, las cuales ofrecen
la ventaja de seguir siendo válidas hasta diez años y resistentes a los daños
por líquidos, polvo o fluctuaciones de la temperatura.
La Dirección del Tránsito Público (RATP) de París, que
administra una de las redes más avanzadas del mundo, fue uno de los pioneros en
la utilización de tecnologías basadas en la RFID para la percepción automatizada
de tarifas. En Seattle también se utiliza en el sistema de tránsito público una
tarjeta inteligente sin contacto RFID para la percepción de tasas.
Pague al taxi con medios radioeléctricos
En Tokio se paga a algunos chóferes de taxi por medio
de la RFID y los teléfonos móviles, utilizando un nuevo sistema que se comenzó a
ensayar en noviembre de 2004. A determinados taxistas seleccionados se les
proporcionó lectores RFID capaces de leer la microplaqueta del teléfono móvil
del pasajero y deducir el monto necesario. No obstante, por el momento la
tecnología patentada sigue siendo la regla; los teléfonos móviles utilizados
para la prueba debían ser compatibles con los microteléfonos móviles de
“billetera” equipados con la microplaqueta FeliCa de Sony, para la cual se
utiliza tecnología RFID pasiva de comunicaciones de campo próximo (NFC).
Aplicaciones de la RFID para combatir la falsificación de medicamentos
La venta creciente de medicamentos falsificados es un
problema que azota cada vez más a la industria farmacéutica y la empuja a ser
uno de los primeros sectores en adoptar la tecnología RFID a nivel de artículos.
Según estimaciones, alrededor del 30% de los
medicamentos en el mundo en desarrollo y hasta el 10% en los países
industrializados son falsificados. En julio de 2004 un grupo de fabricantes de
productos farmacéuticos en los Estados Unidos anunció que estaba trabajando con
distribuidores y vendedores minoristas en el marco de un experimento llamado
“Proyecto Jumpstart”, que tenía por finalidad adosar rótulos RFID a determinados
envases de medicamentos. Mediante la utilización de rótulos RFID en los
medicamentos destinados a farmacias y droguerías, la industria espera lograr
detectar mejor las existencias ilícitas.
Además de detectar productos falsos, los frascos
rotulados pueden servir para evitar robos, así como para administrar los
medicamentos caducados y retirados de circulación. Según estimaciones, a lo
largo de la cadena de suministro de productos farmacéuticos se pierden o roban
cada año unos 40 000 millones USD.
Puesto que las farmacias reciben sus medicamentos a
través de centros de distribución específicos, los envases se rotularán para
indicar su punto de origen. De este modo, cuando un rótulo esté marcado con una
serie incompleta o inexacta de emplazamientos, se puede dar la alarma.
A principios de 2004 la Administración de Productos
Alimentarios y Farmacéuticos publicó un informe en el que recomendaba a las
empresas farmacéuticas que utilizaran tecnología RFID en los envases de los
medicamentos más frecuentemente falsificados, a partir de 2006, y en los envases
de la mayor parte de los productos farmacéuticos a partir de 2007.
Seguridad y control de acceso
Se está utilizando tecnología RFID para controlar el
acceso a zonas restringidas y reforzar la seguridad en laboratorios, escuelas y
aeropuertos. En muchas tarjetas de identificación de empleados ya se utiliza
tecnología RFID para permitir al personal entrar y salir de los edificios
laborales. Por ejemplo, a partir de marzo de 2004, la Administración del
Transporte Aéreo de Canadá (CATSA) utiliza, en el marco de su programa de
seguridad, tarjetas inteligentes equipadas con RFID. Estos lectores y tarjetas
sin contacto ofrecen capacidades de control del acceso físico perfeccionadas con
autenticación biométrica para zonas de acceso restringido.
En septiembre de 2004 la escuela primaria Rikkyo en
Tokio (Japón) llevó a cabo una prueba con rótulos RFID activos, con el fin de
controlar las entradas y salidas de sus estudiantes en tiempo real. El sistema
registra la hora exacta en la que un estudiante entra o sale del recinto
universitario, y restringe la entrada a la zona. Puesto que los rótulos pueden
ser leídos por escáneres desde una distancia de hasta 10 metros, los estudiantes
no tienen que detenerse en los puntos de control designados. Algunas escuelas de
América del Norte también han adoptado este método. Un ejemplo de ello es la
Enterprise Charter School en Búfalo (Nueva York), en la cual se instaló un
sistema de etiquetas inteligentes RFID. Además de controlar el acceso a la zona
universitaria, el sistema también se utiliza para identificar y garantizar la
seguridad de activos tales como los libros de la biblioteca y los ordenadores
portátiles.
Ayudar a los padres a vigilar a sus hijos
Puesto que los rótulos RFID son sensibles a la
ubicación, en algunos parques recreativos públicos como el de Legoland en
Dinamarca se usa esta tecnología para garantizar la seguridad de los niños y los
ancianos.
Los visitantes de Legoland pueden alquilar correas de
muñeca con tecnología RFID en la administración del parque con el fin de
mantenerse al corriente del sitio donde se encuentran sus hijos.
Los padres o guardianes que desean ubicar a niños que
se han alejado o perdido pueden utilizar sus teléfonos móviles para enviar un
mensaje de texto a una aplicación conocida como “kidspotter” (localizador de
niños). El dispositivo devuelve entonces un mensaje de texto con detalles sobre
el último lugar en el que se encontraba el niño en el parque.
Tal vez los grandes supermercados y almacenes no tarden
en adoptar este sistema, sobre todo si se tiene en cuenta que ya muchos de ellos
han comenzado a utilizar rótulos y lectores RFID para rastrear el inventario.
Rotular lo antiguo ... y lo nuevo
Las bibliotecas están optando por utilizar tecnología
RFID para automatizar el préstamo y la devolución de sus materiales. En el
pasado éstos se identificaban utilizando etiquetas con códigos de barra que
debían leerse individualmente con lectores de códigos de barra. Gracias a la
RFID, las bibliotecas pueden dar entrada y salida a sus materiales utilizando
escáneres ubicados en anaqueles o en dispositivos portátiles.
La Biblioteca de El Vaticano, que contiene una
colección de 40 millones de libros y manuscritos, comenzó en 2003 a utilizar
tecnología RFID. A fines de 2004 se habían rotulado unos 30 000 libros. Se
eligió la tecnología RFID a causa de su bajo costo y por el hecho de que ésta no
causa daños a la colección, la cual incluye manuscritos antiguos y la versión
completa más antigua conocida de la Biblia.
En los Países Bajos, algunas editoriales como NBD Biblion, que vende 2,7
millones de libros por año a las bibliotecas holandesas (es decir, el 80% del
mercado nacional), comenzó en septiembre de 2004 a rotular todos sus libros. En
Tokio, la Biblioteca Roppongi Hills comenzó a rotular sus libros en 2003.
La RFID y la revolución móvil
Los teléfonos móviles pueden servir como una importante
plataforma para que los usuarios se comuniquen con "objetos inteligentes" y
abren posibilidades para la prestación de servicios basados en la localización.
En marzo de 2004 Nokia introdujo el juego de implementos Nokia RFID, un teléfono
móvil GSM con capacidades de lectura RFID para aplicaciones relacionadas con la
cadena de suministros. El fabricante prevé ofrecer en un par de años a los
consumidores la capacidad de utilizar sus teléfonos móviles para acceder a datos
ricos en información sobre los productos de consumo que se venden en almacenes
minoristas.
Deportes y entretenimiento
Los organizadores de maratones en ciudades como Boston,
Londres, Nueva York, Berlín, Los Ángeles y Capetown están introduciendo
comunicaciones de alta tecnología entre los participantes en las carreras. Por
ejemplo, a todos los corredores inscritos oficialmente en el Maratón de Boston
de 2004 se les ofreció el “ChampionChip”, una pequeña insignia que se ata al
zapato del atleta. Cuando éste/a atraviesa los postes fijos ubicados a lo largo
de la pista, se registra su tiempo.
En abril de 2004, cuando compitieron unos
33 000 corredores en el Maratón de Londres, sus posiciones pudieron
rastrearse y registrarse mediante rótulos electrónicos atados a sus
zapatos. Cada 5 km se fijaron postes especiales, y los amigos y
familiares de los competidores pudieron seguir sus progresos abonándose
a un servicio de mensajes breves (SMS) que indicaba la ubicación de los
atletas a medida que iban avanzando en la carrera.
En Suiza, la RFID se utiliza ampliamente en los pases para esquí con
miras a controlar el acceso y como un mecanismo sencillo de pago. Las
puertas controladas a distancia y equipadas con lectores pueden detectar
un pase de esquí válido y entonces se abren automáticamente, gracias a
lo cual se reducen las colas de espera. El pase de esquí con tecnología
de RFID, del tamaño de una tarjeta de crédito, también puede utilizarse
para localizar a los esquiadores (en casos de accidente) o a los niños.
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