Andrea Danti
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Informática distribuida
La generalización de las redes
de banda ancha de alta velocidad y el aumento constante de la
potencia informática han cambiado la gestión de la información y
los servicios de información. Recursos geográficamente
distribuidos, tales como bancos de datos y superordenadores,
están interconectados y son un recurso unificado y único que se
puede utilizar en todo el mundo. Se observa una tendencia
creciente a subcontratar tareas informáticas repetitivas o que
consumen muchos recursos a proveedores de servicios, y está
apareciendo un nuevo paradigma en el que se ofrecen servicios de
capacidad informática. Las empresas ya no necesitan realizar
personalmente todo su trabajo informático, ya que los datos se
pueden procesar y los software se pueden almacenar a distancia
en una "nube", y grandes redes de ordenadores pueden formar una
"malla" que representa una potencia considerable.
El objetivo de los sistemas informáticos
distribuidos es conectar a usuarios y recursos de manera
transparente, abierta, rentable, fiable y adaptable. Los
recursos físicos se pueden compartir, al igual que los
virtuales, tales como sistemas operativos, tareas y
aplicaciones.
Conectarse a la nube
En general, la nube se puede comparar
con un sistema de suministro eléctrico que se extiende en zonas
muy extensas, constituye una sola entidad y abastece en
electricidad a millones de aparatos y consumidores. Las
distintas partes son propiedad de organizaciones diferentes, que
las explotan, y los usuarios suelen desconocer los detalles
operacionales o la ubicación de los recursos que utilizan.
Empresas de tecnología y de Internet,
tales como Google, Amazon,
Microsoft y otras, han adquirido conocimientos
considerables en la explotación de grandes centros de datos. Sus
conocimientos se extienden a los software de gestión de procesos
y de inteligencia empresarial, así como otras aplicaciones,
tales como motores de búsqueda Internet, mapas, y correo
electrónico. En la informática en nube, todas esas aplicaciones
residen en un centro de datos y se ofrecen comercialmente como
"software como servicio" (SaaS). Los usuarios ya no necesitan
instalarlos en su sistema. De este modo se ahorran gastos de
licencia y los costes de mantenimiento y actualización de
programas.
Para las pequeñas y medianas empresas,
la posibilidad de subcontratar también puede facilitar su
participación en numerosas actividades que exigen una gran
capacidad de cálculo, ya que suprimen las necesidades de
inversión. Incluso algunas grandes empresas han adoptado
soluciones en nube, dado el aumento de la capacidad de los
proveedores de servicios, y de las posibilidades que ofrecen.
Otra solución consiste en subcontratar determinadas tareas a la
nube, tales como el filtrado de correos indeseados y virus, y
conservar otras en el centro de datos de la empresa, tales como
el almacenamiento de material confidencial.
Ahora bien, para aprovechar la
informática en nube, es necesario poder acceder a conexiones de
banda ancha fiables con Internet. Esto no siempre es posible en
los países en desarrollo, que afrontan dificultades tales como
el coste elevado de los software y equipos, tendidos eléctricos
poco fiables y un acceso limitado a la banda ancha. Si bien el
número de abonados a Internet de banda ancha ha aumentado
rápidamente en todo el mundo, sigue habiendo grandes
diferencias. La banda ancha ubicua y de tarifa plana es una de
las condiciones más importantes del éxito de la informática en
nube.
Una nube inquietante
También hay otras dificultades. Para que
este paradigma tenga éxito se han de solventar asuntos de
privacidad, seguridad, responsabilidad, acceso y reglamentación.
Fiabilidad y responsabilidad: Los usuarios esperan que la
nube, como todos los demás servicios de telecomunicaciones, sea
un recurso fiable (especialmente si se utiliza para aplicaciones
"fundamentales para la misión"), y esperarán también una clara
indicación de las responsabilidades si se produce un problema
grave. La integridad y la precisión de los datos son otros
aspectos de la fiabilidad. Resultados erróneos, o la pérdida o
alteración de los datos, pueden tener graves consecuencias para
el usuario de la nube. Los acuerdos de servicio deben tener en
cuenta estas consideraciones.
Seguridad, privacidad, anonimato: Al compartir la
infraestructura física, los usuarios disfrutan de niveles de
privacidad y anonimato inferiores a los de los usuarios de
aplicaciones de sobremesa. Para proteger la privacidad, se han
de proteger cuidadosamente los datos de los usuarios (incluida
la información sobre los clientes), así como las aplicaciones
que manipulan esos datos.
Limitaciones de acceso y utilización: El almacenamiento y
la divulgación de los datos a través de una nube también pueden
plantear problemas de derechos de autor, licencias y propiedad
intelectual. Cualquier usuario que disponga de una conexión
Internet puede acceder desde cualquier lugar y en todo momento a
una nube, pero las licencias, los acuerdos de utilización y los
derechos de propiedad intelectual pueden ser diferentes en cada
país. Los gobiernos deberán estudiar las políticas y
reglamentaciones apropiadas para obtener una protección
adecuada. Por ejemplo, podría ser obligatorio que los acuerdos
de servicio entre usuarios y proveedores incluyeran
disposiciones tales como:
- Umbrales básicos de fiabilidad
- Asignación de responsabilidad por
la pérdida o violación de datos
- Expectativas de seguridad de los
datos
- Protección de la privacidad
- Expectativas de anonimato
- Derechos de acceso y utilización.
Los proveedores de informática
distribuida y los poderes públicos deben estudiar estas
consideraciones para fomentar la confianza.
Conectarse a una malla
La informática en malla es otra
posibilidad de aprovechar recursos distribuidos. En lugar de
utilizar centros de datos, este método recurre a una inmensa
"malla" de máquinas que, individualmente, pueden ser apenas tan
potentes como un ordenador doméstico ordinario. La informática
en malla es ideal para resolver problemas de ciencias,
ingeniería y comercio que exigen muchos recursos. Por ejemplo,
en el sistema Enabling
Grids for E-sciencE (EGEE), uno de los más grandes del
mundo, se utilizan 80.000 unidades de procesamiento centrales
(CPU). Más de 10.000 usuarios de 140 instituciones en 50 países
producen juntos un recurso informático fiable y adaptable que
está a la disposición de los investigadores europeos y de todo
el mundo. Los cuatro experimentos del Gran Colisionador de
Hadrones del CERN, la Organización Europea para la Investigación
Nuclear, envían cotidianamente más de 150.000 tareas a la
infraestructura del EGEE, generando centenares de terabytes de
datos al año.
Esta malla también se utilizó para
ayudar a la Conferencia Regional de Radiocomunicaciones de la
UIT de 2006 a establecer un nuevo plan de frecuencias para
introducir la radiodifusión digital en las bandas de ondas
métricas y decimétricas. Los complejos cálculos exigían una gran
capacidad informática en un plazo muy apretado. El Sector de
Radiocomunicaciones de la UIT (UIT–R) empleó un sistema
distribuido de 100 ordenadores de alta velocidad capaces de
realizar 200 tareas en paralelo. Para completar este grupo local
y disponer de una flexibilidad y una fiabilidad adicionales,
acordó con el CERN utilizar recursos de la infraestructura de
red de EGEE.
Proyectos voluntarios también pueden
aprovechar la informática en malla. Usuarios donan recursos que
no utilizan en sus ordenadores domésticos a proyectos tales como
SETI@home, que busca señales de inteligencia extraterrestre. La
tecnología en malla también ha entrado en el mundo comercial.
Por ejemplo, HSBC, el mayor grupo bancario mundial, utiliza una
red de más de 3.500 CPU que se encuentran en centros de datos de
cuatro países. Al aumentar la disponibilidad de recursos
informáticos y ayudar a integrar datos, la informática en malla
ayuda a las organizaciones a solucionar problemas que antes
resultaban demasiado grandes o complejos para tratarlos por sí
solos.
Informática a la carta
Otra posibilidad de compartición es la
informática a la carta, en la cual organizaciones contratan a un
proveedor de servicios externo y sólo pagan los recursos físicos
y los software que utilizan. Los centros de datos de las
empresas pueden estar parados la mayor parte del tiempo, salvo
en momentos de gran demanda. La empresa puede optar por adquirir
capacidad sólo cuando la necesita, o por vender la capacidad
excedentaria a otras empresas. Por ejemplo, el vendedor en línea
Amazon.com, además de gestionar sus propios servicios, utiliza
su sistema para albergar muchos otros entornos informáticos
aislados de clientes.
La normalización es necesaria
Pueden trazarse paralelos entre el
estado actual de la informática distribuida y los albores de las
redes informáticas, ya que actualmente existen sistemas aislados
escasamente compatibles, y pocas normas o interfaces de gestión
patentados.
Soluciones normalizadas de
automatización, supervisión, adquisición y configuración de
aplicaciones en nube y en malla garantizarían la compatibilidad.
La portabilidad también es motivo de inquietud. Los usuarios
quizá deseen emplear al mismo tiempo infraestructuras y
servicios de proveedores distintos. Unas normas e interfaces
mundiales les permitirían hacerlo.
En cuanto a los proveedores, podrían
interesarse por normas de gestión de redes distribuidas, gestión
de memoria y equilibrado de cargas, gestión de identidad y
seguridad, y normas que permitan adaptar las infraestructuras.
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