Gutapercha
El material prodigioso de mediados del siglo XIX
Koehler’s Medicinal Plants, 1887 |
¿Qué árbol tropical tienen en común el telégrafo y el
golf? La respuesta a esta pregunta de la Página de los pioneros
del último mes es la gutapercha. El nombre proviene del idioma malayo y
se refiere a varias especies de árbol de la familia Palaquium (también
denominada Isonandra) que es originario del sudeste asiático. En
Malasia, este árbol se conoce con el nombre de "taban" y
tradicionalmente sus habitantes empleaban la savia en estado sólido (o "getah")
para fabricar productos tales como empuñaduras moldeadas para
herramientas y cuchillos. Este látex natural, denominado también
gutapercha, es el producto más útil de todos los árboles. Sus
propiedades singulares permitieron hace aproximadamente 150 años la
enorme expansión de la telegrafía... y también del golf.
Los árboles que producen la gutapercha pueden
alcanzar los 30 metros de altura. Sus hojas perennes son de un verde
reluciente y sus flores son blancas |
Precursor del plástico
William Montgomerie, ciudadano británico que trabajaba como
cirujano jefe en Singapur, reparó en la gutapercha que empleaban los nativos.
Con el presentimiento de que este material podría servir para fabricar equipos
médicos, envió muestras a la Real Sociedad de las Artes en Londres, ciudad en la
que se expuso este material en 1843.
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BT Heritage |
Cables telegráficos submarinos hacia 1850: a la derecha puede verse el primer
cable tendido entre Inglaterra y Francia, constituido sencillamente por un hilo
con recubrimiento de gutapercha |
Telegrafía bajo el mar
La primera línea telegráfica submarina del mundo con alcance internacional
fue construida por un mercader de antigüedades británico jubilado, John Watkins
Brett. Con la ayuda de su hermano ingeniero, Jacob, en 1850 tendió una línea de
telégrafo entre Dover (Inglaterra) y Cap Griz Nez (Francia). Consistía
simplemente en un hilo de cobre recubierto de gutapercha, el cual resultó tan
ligero que fue necesario lastrarlo para que se hundiera. Después de sólo un
día, lo rompió un barco pesquero. Sin embargo, un año más tarde se llevó a cabo
un segundo intento con un cable mucho más robusto diseñado a tal fin por un
ingeniero ferroviario, Thomas Crampton. Este cable estaba constituido por una
doble capa de gutapercha, recubierto con cáñamo impermeabilizado con
alquitrán, un hilo enrollado y un alambre de hierro galvanizado. La línea
telegráfica se inauguró el 13 de noviembre de 1851, y una de sus primeras
aplicaciones fue la transmisión de las cotizaciones de los valores de bolsa de
París a Londres.
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BT Heritage |
Jacob Brett participó en la realización de la primera línea telegráfica
submarina internacional en 1850 |
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La gutapercha es un polímero de isopreno que al calentarse es
dúctil y maleable fácilmente en diferentes formas bien precisas. Cuando se
enfría, se vuelve duro, rígido y duradero. Estas propiedades resultan adecuadas
para usos múltiples, desde marcos para cuadros a botones, como se mostró en la
Gran Exposición de Londres en 1851. En la época anterior a los plásticos
artificiales, la gutapercha era la solución ideal para la fabricación de
diversos productos.
Recubrimiento de cables
Tan solo cuatro años antes de que la gutapercha llegara a Londres, Charles
Wheatstone (que trabajaba con William Cooke) inauguró en 1839 el primer sistema
telegráfico comercial del mundo (véase la Página de los pioneros de
noviembre de 2006). También realizó experimentos sobre líneas telegráficas
mediante cables submarinos. En aquella época, los cables del telégrafo se
recubrían con caucho. Sin embargo, este material elástico se vuelve frágil con
el frío y no es ideal para el medio acuático. Wheatstone comprobó que la
gutapercha es un excelente aislante eléctrico perfectamente adecuado para las
oscuras y frías profundidades del mar y las altas presiones imperantes en este
medio, condiciones en las que aumenta efectivamente su capacidad aislante.
El recubrimiento de cables telegráficos submarinos se convirtió en la
principal aplicación de la gutapercha, gracias a la invención en 1845 de un
dispositivo (que, según se dice, se inspiraba en las máquinas italianas de hacer
pasta) que realizaba la extrusión de un tubo de gutapercha alrededor de un hilo
de cobre. Al parecer, en sólo cincuenta años se tendieron unas 250.000 millas
náuticas de cable telegráfico submarino en todo el mundo, cuyo núcleo estaba
aislado con gutapercha. Fue el material idóneo para esta aplicación hasta la
invención del polietileno en 1933.
Pelotas de mayor calidad
El golf también se benefició del descubrimiento de la gutapercha. Este
deporte se practicaba desde hacía siglos, primero con pelotas de madera y luego
con las de cuero relleno de plumas. El problema era que, como se hacían a mano,
resultaban caras y además no podían utilizarse en días húmedos. La gutapercha se
convirtió en la solución en 1848, cuando comenzó a utilizarse este material para
fabricar pelotas de golf. La fabricación de estas “gutties” resultaba económica
y si se deformaban, se podían ablandar fácilmente para darles de nuevo su forma.
Su fiabilidad y bajo precio fueron factores que contribuyeron a ampliar la
popularidad del golf.
También para los dientes
Pese a su antigüedad, la gutapercha sigue utilizándose hoy en día. El mismo
año en que apareció el nuevo tipo de pelota de golf, se utilizó por primera vez
este material en un compuesto para empastar dientes perforados. Los dentistas
contemporáneos siguen utilizándolo para la obturación del conducto radicular. Al
parecer, muchos de nosotros llevamos gutapercha en la mandíbula. Sin este
material, quizá nunca hubiera comenzado a mediados del siglo XIX la revolución
de las comunicaciones por telégrafo en todo el mundo.
Pregunta para el mes próximo:
Este año se celebra el 200.º aniversario del nacimiento de Isambard Kingdom
Brunel en 1806, y se cumplen 150 años desde la fundación de la Compañía de
Telégrafos del Atlántico. ¿Cuál es la relación entre el asta de esta bandera en
Liverpool y estos dos hechos?
La respuesta en la Página de los pioneros
del próximo número.
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